La propuesta inesperada

6K 378 140
                                    


A la mañana siguiente, Emma se despierta al alba, aún con el libro entre sus brazos. Se viste deprisa y corre hacia el claro, prestando mucha atención para no ser vista ni seguida. Cuando llega, se encuentra a la reina sentada en la hierba, y antes de que tenga tiempo de levantarse, se le echa en sus brazos.

«Mi reina, estoy tan feliz de que hayáis venido»

«Yo también estoy feliz. Puedes llamarme Regina.»

«¿Me lo permitís?»

«Por supuesto»

«¿Incluso delante de otras personas?»

«Sí, princesa, si es vuestro deseo»

«Entonces, llamadme Emma»

«Vuestros padres no...»

«Me da igual Regina»

La reina se levanta y se dirige hacia los caballos

«He pensado que un paseo a caballo por la mañana podría gustaros»

«Oh, sí, me encanta montar y sin embargo no tengo mucha ocasión de hacerlo»

Regina la ayuda a subirse a la silla y parten tranquilamente charlando

«Sois una muy buena amazona Regina»

«Gracias, princesa...»

«Emma»

Regina sonríe, enternecida por el descaro de la joven

«Gracias Emma, siempre me ha gustado montar, es mi escapatoria, mi momento de paz, solo mío. Mi padre siempre me incitaba en mi pasión por los caballos, pero mi madre pensaba que no era una actividad para una mujer respetable»

Emma adora cómo la reina se abre a ella, la encuentra hermosa y se da cuenta de que este encuentro la ha cambiado para siempre. Cuando ella pone su mirada sobre la reina, siente un calor en su estómago, un sentimiento dulce y fuerte a la vez. La admira, pero comprende que esos sentimientos no eran inocentes. Es una admiración amorosa que crece en ella y Emma desea llenarse completamente de ese amor, aunque debiera permanecer en sentido único.

No ven que el tiempo pasa. Regina le muestra rincones escondidos del bosque que le eran desconocidos. La lleva hasta una cascada cuya existencia ignoraba Emma.

«Me gustaba escaparme del palacio y descubrir los bosques con mi caballo Rocinante. Cuando descubrí esta cascada, me dormí sobre esa roca de tanto contemplarla. Regrese de noche, vuestro abuelo estaba encolerizado» dice ella con un aire triste, rememorando un mal recuerdo.

Vuelven dos horas más tarde, y Regina tuvo que meter distracción para que Emma pudiera entrar en el castillo. Ya sola, la joven princesa no puede dejar de desear que fuera de tarde para volver a verla.

«Mamá, yo no quiero casarme» dice ella a su madre que entraba en su habitación mientras Ruby la ayudaba a vestirse.

«Emma, no veas el matrimonio de esa manera, es algo bueno, míranos a tu padre y a mí»

«Snow, eres injusta», dice David entrando detrás de ella

«David...»

«Nosotros nos amábamos, pero te recuerdo que yo estaba prometido con otra e hicimos lo que nosotros quisimos. Además, yo no era más que un pastor. En época de tu padre, por mucho que él te quisiera, no habríamos podido casarnos»

«¿Quieres decir que es gracias a ella que nosotros nos pudimos casar?»

Emma percibe el asco con el que su madre había dicho ese "ella". Siente una necesidad enfermiza de tener a la reina en su vida y sabe que pase lo que pase, su madre sería siempre un obstáculo. La cuestión era, ¿hasta qué punto? ¿Qué estaría dispuesta a hacer? Emma no tiene las respuestas, pero las temía.

Solamente tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora