Capítulo 23a

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Están tan participativas que me dan ganas de regalarles capítulos express.

Besos y no olviden contarme qué les parece. Quedan sólo uno o dos caps. más.

Abrazos.

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Capítulo 23-a

No, no intentes disculparte
No juegues a insistir
Las excusas ya existían antes de ti
No, no me mires como antes
No hables en plural
La retórica es tu arma más letal

Voy a pedirte que no vuelvas más
Siento que me dueles todavía aquí
Adentro
Y que a tu edad sepas bien lo que es
Romperle el corazón a alguien así

No / Shakira

Bella POV

Respira.

Respira.

Respira...

Estás hiperventilando!

-...Señorita! – Me gritó el taxista. Parece que hace rato que me quería decir algo.

-Qué? Qué? – Pregunté sacudiendo la cabeza para despejarme y encogiéndome de dolor. Entre mis contracturas y los apretones de Victoria, estaba necesitando un cuello ortopédico.

-Que llegamos a la dirección que me dio – Me dijo apuntando el edificio abandonado – Está segura de que es aquí?

-Sí... Segura... - Respondí aturdida.

-Quiere que la espere? – Preguntó preocupado.

-No, gracias, me voy a demorar – Respondí.

Además probablemente me recogerá una ambulancia o la funeraria.

Pagué con el puñado de billetes que sabía que tenía en el bolsillo y caminé con paso lento pero seguro a lo desconocido.

Estaba entregada a mi suerte, a vivir o morir, casi me daba igual. Pero con mi último aliento le diría sus cuatro verdades a mi maridito.

La puerta del estudio estaba abierta y la puerta del salón estaba sin llave. Caminé sin detenerme hasta llegar al centro del salón de los espejos, y haciendo el esfuerzo de hablar con voz firme a pesar de mis cuerdas vocales dañadas, de la pena, y de la rabia, dije a un volumen neutro

-Deja de esconderte como un cobarde... - Respiré profundo para calmarme - Sé que estás ahí y sé que no tienes a mi madre secuestrada. Dime qué demonios quieres, y cuando termines tu discurso y antes de que empieces a torturarme, sádico de mierda, voy a hablar yo. Si después todavía quieres matarme, mejor te apuras porque mi familia está por llegar y ya sabemos cómo termina eso – Dije sabiendo lo mucho que lo encabronaría el que llamara a los Cullen mi familia.

Una silueta se delineó parcialmente al fondo del salón, entre las sombras.

Y oí su voz... La voz que amaba, la voz que recordaba, la voz que pensé no volver a escuchar.

-Si sabes que no tengo a tu madre, por qué estás aquí? – Preguntó frío, muy distinto al hombre del que me enamoré, pero muy similar al que conocí la primera vez en el juego de baseball.

Ay diosito, se me viene otra paliza, pensé. A nadie le gusta que le rompan huesos y él a mí me rompió varios aquella vez.

-Porque a diferencia de ti yo doy la cara y digo las cosas de frente – Dije con la garganta apretada. No llores, no llores – Me dejaste por medio de tu amante en vez de dar decírmelo como un hombre de verdad. Qué creíste? Que me aferraría a tu pierna, que te rogaría, y que no te dejaría ir?

El Tiempo En Una BotellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora