Un escrito del corazón

Su eternidad

Quizás estaban destinados a ser, pero no era el momento, la canción aún no estaba lista.

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La noche era fría y oscura. Solo lo iluminaba el pequeño farol que había en la entrada de la casa de Izzye. Camino hasta ahí pero paró al ver a una persona allí. Su corazón se detuvo al reconocerla.

No podía moverse, estaba estático observando a la chica, ahora mujer, que amo una vez. Aquella que lo abandono y rompió su corazón en aquél baile.

« — Tu y yo estaremos bien. Y sabes porque... ¿no? Por que tu y yo no siempre tenemos que ser un nosotros.... »

Ese día su mundo se derrumbó.

Él sabia que ella volvería una vez mas pero esta vez para quedarse o eso esperaba. Desde hace cinco años que ella visitaba a su familia y amigos pero luego se marchaba. Es por eso que él se iba cuando eso pasaba. Simplemente no podía dejar que sus sentimientos volvieran al verla. No podía arriesgarse y le costaba porque antes que su novia fue su amiga. Parte de su grupo de amigos, de La pandilla.

Cuando sus ojos se encontraron con los suyos después de cinco años; su corazón se detuvo por un momento un instante, su piel se erizó dejando los cabellos de punta y sus ojos brillaron con una intensidad que no había tenido nunca.

Ella había vuelto una vez más... pero esta vez él tenia el valor para verla.

Decidió tomó un gran respiro y avanzo hasta ella. Cada paso que daba parecía tan largo y su miraba lo hacia sentir demasiado nervioso. Cuando llegó hasta ella sonrió levemente mientras la miraba.

— Hola. —dijo Finn con dificultad, sin dejar admirarla y de sentir como su corazón latía a mil por hora con solo la presencia de ella. Desde que se marcho no había vuelto a sentirse así.

¡Demonios!

Estaba tan nervioso y sentía como sus manos sudaban. Se sentía estúpido por sentirse así y no tomar el valor de ir hasta ella y hacer todo de lo se había perdido esos años.

Una terrible electricidad provocaba que quiera tocar su mano y tomarla como lo hizo en un pasado.

«Y ella tan hermosa como la última vez que la vi» —Pensó.

Rae era tan hermosa, aunque ella siempre lo negase era así. Sus ojos la veían como la mujer perfecta y mas bella que haya visto. Quizás así era siempre para cada hombre enamorado. Aunque lo que mas la cautivo, además de su increíble forma de ser, fue su fortaleza, esa manera de luchar a pesar de todo, queriendo depender solo de ella misma. Siempre luchando con la inseguridad de sus demonios de su cuerpo. Sintiéndose menos por no pesar como una chica "normal".

Ella lo miro.

— Hola Finn. —respondió Rea, se sentía tan nerviosa, quizás aun mas que él. Aunque pareciese tranquila de verdad estaba por explotar. Un nudo comenzó a formarse en su garganta.

Se veía tan guapo como la última vez que lo vio. Tan deseable que le costaba no fantasear con él, como siempre lo hacia en el pasado. Ahora lo tenía cerca.

A tan solo centímetros.

Rae mordió su labio al ver una leve sonrisa aparecer en su rostro. Esa sonrisa que provocaba que sus ojos se achinen y lo hacían ver tan atractivo pero a la vez con un semblante ternura que lo caracterizaba. Pudo notar rastros de barba crecida sin rasurar y rasgos mas maduros.