Un escrito del corazón

Amor propio

Las tristezas no se quedan para siempre, si caminamos en dirección a lo que debemos ser.

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Otra vez él idiota tomo su gorro sin su permiso. Intento quitárselo pero él lo levanto hacia el arriba burlándose una vez mas de su altura. 

— Podrías darme mi gorro por el amor de Dios. —pidió de buena manera.

O al menos lo intento.

— No quiero. —dijo Logan con una sonrisa en su rostro.

Frunció el ceño y respiro intentando no hacer algo de lo que se arrepienta.

Vamos Maddie.

«Tu puedes»

«Solo ignóralo»

Se repetía en su interior.

— Por favor dame mi gorro, Logan. —Intento pedir sin mostrarse molesta. No quería pelear o discutir más con él. Prefería tener el mínimo contacto posible.

Se lo había prometido a si misma, por su bien, y tenía que hacerlo.

— Quitámelo. —la desafió, sonrió cínicamente provocando que sus ojos se achinen de esa manera tan de él que siempre lograba sacarla de sus casillas y a la vez le encantaba.

Idiota.

Se odiaba a si misma por pensar eso.

— Logan, dame mi gorro. —dijo mas como orden.

Se estaba exasperando y eso no era buena señal.

— ¿Qué pasa si no te lo doy? — dijo con una sonrisa burlona. 

«Dios dame paciencia»

Tomo una bocanada de aire.

— ¿Por qué no vas a molestar a otra persona? —pregunto frustrada y molesta. Tenía que mantener la compostura. Ya estaba harta de que no capte que no quería ni verlo. Mas bien de que no podía querer y se estaba obligando a si misma. Pero de todas formas no podía.

No podía.

No podía. 

No podía. 

— Quitame el gorro. —Volvió a decir ignorando por completo lo que había dicho.

Soltó un gran suspiro de exasperación y quiso golpearlo.

— ¡No quiero! ¡Solo quiero que me dejes en paz! —grito esperando que entienda pero al parecer pretendía ignorarla y seguir molestándola porque comenzó a acercarse a ella y revolver su cabello despeinandolo por completo. Intento controlarse y apartar su mano de buena manera pero él se resistió y siguió con su acción agotando la poca paciencia que le quedaba — ¡Déjame idiota! —le dio un manotazo.

Una sonrisa orgullosa se formo en su rostro como si estuviese feliz de haber cumplido su cometido y se alejó un poco de ella.

Se regaño interiormente.

¿Por qué siempre caía en su juego?

Estúpido Logan y mas estúpida ella por seguirle la corriente.

— Ahora quitámelo —le dijo él levantando las cejas. Ella negó con la cabeza —. Vamos, miedosa. —se burlo mirándola con una sonrisa cínica.

Quería darle un golpe y borrar esa estúpida sonrisa que le encantaba pero no admitiría NUNCA.

— Cobarde, cobarde, cobarde... —canturreaba mientras caminaba alrededor suyo, un pequeño instante se quedo tras ella y siguió cantando en su oído —, eres cobarde... —Mordió su labio molesta y odiándose a si misma por lo afectada que estaba tras su cercanía — ¿Estas molesta? Si, estas molestas —afirmo en su oído, casi como un susurro que la hizo estremecer —. Siempre lo logro ¿Cierto?