Siempre ahí

51 4 1
                                    


«Hay seres que llenan nuestra vida sin siquiera saberlo. No hay nada más mágico y perfecto que aquello sea recíproco al mismo tiempo»

¤¤¤

— ¿Por qué estas tan molesta? —pregunto Dylan. Lo mire con el ceño fruncido.

Como si no lo supiera.

Tenía unas ganas terribles de tirarle la pelota de fútbol que estaba justo atrás de él y no sabia como todavía no lo había hecho.

Bueno... quizás exageraba, con la silla podía ser suficiente. Aunque ahora que lo pienso es mas grande y pesada.

Como sea, quería golpearlo y se entendía la idea.

— Ya me canse de defenderte, siempre lo hago y al final terminas siento un mujeriego —Me crucé de brazos sintiéndome estúpida —. Siempre quedo como una mentirosa.

Era totalmente cierto y lo odiaba por ello.

«Que Dylan tenga amigas no significa que sea un mujeriego»

«Él no se acuesta con cualquiera, en cambio tu si zorra»

«Que sexo femenino se le acerque descaradamente y insinúe no significa que sea un egocéntrico»

Esas eran algunas defensas mías hacia él. Yo siempre diciendo que todas eran puras mentiras o exageraciones, pero luego me demostraba todo lo contrario tirando a la basura mis palabras.

Estaba tan molesta.

— Pero si no hice nada. —Sonrió inocente.

Lo fulmine con la mirada.

Como diría un español.

«¡Menuda mentira!»

O un mexicano.

«¡Pinche Mentiroso

— Hablar con ellas si incluye algo —dije intentando no sonar tan molesta, aunque la verdad es que me sentía una tonta y seguro todos lo pensaban — ¿Ahora me vas a decir que no hablas con Michele y Jesica? —pregunte mirándolo molesta.

Aun no puedo creer que algunas chicas sean tan directas hoy en día ¡En serio mujeres! Tendrían que respetarse mas y hacerse valer. Pero no, en lugar de eso se insinúan a otros chicos descaramente sin siquiera disimular.

Pose mis ojos en él que pestañeaba sorprendido, parecía algo confundido hasta que logro entender. Sonrío con un toque de diversión en los ojos y sabía que se estaba burlando de mi o quería hacerme enojar, más de lo que estaba.

Siempre le gusto hacerme enojar, decía que me veía graciosa y se divertía. Como siempre, solo él. Hubo una vez que me moleste enserio y estaba decidida a no hablarle.

Apareció en mi casa con una enorme sandía y la saga de películas de "Los invensibles" Él sabía cómo eliminar mi enojo, pero en este momento no creía que fuese tan fácil.

— No es como tu piensas, solo hablo con Jesica y... ¡es mas! Ella en habla —se defendió y sonrio descaradamente, lo mire mal — ¡Hey de verdad! No les sigo el juego o algo parecido.

Un escrito del corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora