「Amar y Servir」 [TaeKook-VKook]

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YoonMin; +18

—Señor Min-

—¿Qué ha hecho esta vez?

—Rompió un jarrón, de su colección de Grecia.

—Esta bien, en un rato iré donde él.

Mi nombre es Min Yoongi, joven empresario de 25 años. Digamos que soy parte de la co-empresa principal. Mi padre murió hace muchos años y quede yo con su responsabilidad luego de luchar en mis estudios.

Vivo en una mansión, bueno... lo único que hay en este mundo son casas grandes. No tengo deudas ni nada así por el estilo. Tengo quienes me sirven y sirvo a muchos, tan sencillo como eso.

¿Vida amorosa? Hace unas tres semanas vivía sin esa preocupación, pero luego de una gran insistencia por una pareja para "quitarme lo amargado que soy", ahora tengo a mi querida pareja:

—Park Jimin, ¿en qué demonios te metiste ahora? —me senté en el puesto frente a él. Nos encontrábamos en nuestro amplio comedor y nos mirábamos con esa mirada de superioridad.

—Digamos que por accidente tu jarrón, ¿supongo que preferido?, cayó al suelo. Ahora está en trizas. ¡Bum, tas! Quebrado.

—Jimin, hablo en serio ¿Cómo pudiste? Sabiendo que era mi favorito —no estaba dolido, estaba molesto.

—Por favor, Min —se paró de la mesa. —Es solo un jarrón.

—Dime Yoongi, te lo he dicho antes —me acerque peligrosamente a él. Podía sentir su respiración agitada. —Crees que puedes controlar todo pero la verdad es que solo eres un niño asustado. Sígueme.

—Sí, Yoongi.

Me siguió paso a paso, trazo el mismo recorrido por mis pies. Llegamos a nuestra habitación, él se veía asustado. Como siempre yo solo quería dormir, esta vez a su lado, no quería que me tuviese miedo. No había por qué. Empecé a quitarme la corbata y el saco, ya no volvería al trabajo, estaba demasiado cansado. Cuando proseguí con el cinturón y Jimin entro en pánico, estaba realmente llorando.

—¿¡Jimin!? ¿¡qué sucede!? —me acerqué y abracé rápidamente.

—Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento —  repetía esa frase miles de veces en mi pecho y ahí fue cuando empecé a asustar de su repentina reacción.

—Jiminie, esta bien. Solo fue un jarrón, no es nada —solté el cinturón y la corbata en la cama para poder tomarlo mejor en nuestro abrazo.

—¡Por favor no me castigues! —se alejó de mí en menos de un segundo. Se veía devastado y aterrorizado.

—Oh Jimin, ¿qué te han hecho? —Lo mire indicando que no le haría nada —Sí mi vida fuera castigarte no te tocaría ni con el pétalo de una rosa, antes me castigo a mi mismo.

—Yoongi... yo... —cayó de rodillas al piso y tapó su cara con sus pequeñas y adorables manos. —No sabes las cosas que me hacían dentro... soy de la antepenúltima clase. ¿Por qué me has escogido? Tienes dinero suficiente para comprarte tres personas clase A.

—Ya te lo dije, me gustan los chicos como tu. Problemáticos. Ellos solo necesitan una mano ayuda para ser mejores —agarré sus manos y besé todas sus lágrimas. —Jimin~ah dime, ¿qué te han hecho?

—Al ser una de las peores clases solían ser abusivos con nosotros, nos daban porquerías o cosas buenas en una poca cantidad. Nos castigaban sin comer, látigos con pequeñas piedras al final. Yoongi, realmente vivir dentro es una tortura.