「Amar y Servir」 [TaeKook-VKook]

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Era un día de clases más, Taehyung y yo estábamos desayunando en un agradable silencio. Su padre estaba al otro lado de la mesa, pero ninguno de los dos estaba prestando la atención necesaria.

—Amor, ¿me pasas la sal?

—Aquí está.

—¿Quieres más café? Hoy está más bueno de lo normal.

—Claro, lo prepare yo.

—Por favor, Ggukie —disimuló una gran sonrisa— ¿deseas más café o no?

—Sólo un poco, ¿hay leche y azúcar?—él asintió y toco a un lado de la mesa. No estaba la leche ni el azúcar.

—Juro que hace un momento estaba allí... —miramos por toda la mesa hasta toparnos con la fría mirada de su padre, frente suyo estaba la leche y azúcar. —Pues no, no hay leche ni azúcar.

—Entonces no tomaré café —miré el reloj en la pared .—Sí seguimos aquí se nos hará tarde ¿nos vamos ya?

—Con gusto.

  Nos despedimos de Dolores aún ignorando la presencia de su padre. Cuando nos montamos al auto no pude evitar explotar de la risa. Taehyung solo me miraba con una pequeña sonrisa en sus labios. De hecho, su mirada estaba comiéndome el alma.

—Taehyung... —si fuese posible desparecer o que la tierra te coma pediría que me sucediese.

—¿Te han dicho que tu risa es hermosa? Tienes una gran melodía —tomó mis manos y en ese momento dejo de sonreír- —Yo... admiro mucho a mi padre. No sé que ha sucedido en estos días así que te pido disculpas de su parte.

—No te preocupes Tae, seguramente ha tenido una mala semana. Deberías decirle que se tome unas vacaciones.

—Sería difícil. Tiene muchas cosas que hacer en su labor diaria. Es jefe de su propia empresa

—Tampoco creo que tenga a muchas personas que atender —dije en un tono de humor negro.

—Ayer no te deje dormir —sus largas manos acariciaban cada hebra de mi pelo —Nunca creí que te gustasen tantos los chistes.

—Te digo que es la primera vez que los escucho. Son bastantes graciosos. Mira, tengo uno ¿lo quieres oír?

—A ver pues, cuenta.

—¿Sabes que hace Dracula en un tractor?

—No, ¿que debería hacer? —podía ver su curiosidad.

—Sembrando el terror —me encontraba riéndome a todo dar luego de este chiste.

—Jeon, estuvo malo.

—¡Claro que no! ¡Estuvo buenísimo! —fruncí el ceño. —Cuéntame uno tu pues.

—Aquí el que no corre, vuela ¿Sabes quién lo dijo?

—No lo sé.

—Un terrorista.

Di gracias a Dios que no nos chocará algún otro auto pues Taehyung se estaba riendo muy fuerte y tenía ambos ojos cerrados.

—Eso fue cruel.

—Es mi estilo de chistes, algún día te cuento otro. Ya vamos a llegar, ve arreglándote —agarró mi palma y le dio un pequeño beso. —Pero no te arregles mucho, no me gusta que miren lo que es mio.

—Sí, Taehyung.

Solo acomode mis libros dentro de mi bolso y algunos útiles que se habían movido dentro de esta. Cuando miré al frente efectivamente ya estábamos en la escuela.