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El viaje estaba siendo muy largo, la vista era asombrosa. ¿Así era todo el mundo?, a la gente le debería gustar pasar el día en estos lugares. Me pregunto si alguna vez... ¿Taehyung, no? me llevaría a pasear por aquí.

—Joven Jeongguk, aléjese de la ventana por favor —una de las sirvientas dijo en un tono suave.

 Ahora que lo noto, nadie está pegado a la ventana. ¿A ellos no les gustará la vista?

—Lo siento, —pude sentir como un leve rubor se posaba en mis mejillas y agaché la cabeza por instinto de querer cubrirme —es la primera vez que veo el exterior.

—¡Aww! Joven, usted es tan lindo y adorable —las demás sirvientas, que eran cuatro, también decían un par de cosas similares mientras suspiraban.

Su inicial cuchicheo se empezó a hacer cada vez mas alto en volumen mientras comentaban de lo lindo que era mis aspecto. A medida de que eso pasaba mis mejillas se ponían más y más rojas.

—Jeongguk, que no se vuelva a repetir —esta vez fue mi pareja que hablo, callando toda voz. Me miraba con un semblante serio. ¿Él fue de esa manera toda su vida?

—Sí, Taehyung —contesté y el ambiente dentro de la limusina se convirtió en un incómodo silencio y así fue el resto del camino hasta que llegamos aun jardín. —¿Es aquí? —la sirvienta de mayor edad asintió.

—Después de pasar estos jardines se encuentra su nuevo hogar, espero que sea de su gusto —contestó la primera sirvienta que había hablado.

El jardín era precioso: habían varios animales, muchas flores distintas y plantas que iban hasta los cielos. Estaba tratando de admirar todo desde mi puesto, pues la verdad es que quería acercarme de nuevo a la ventana para ver todo mejor.

—Llegamos, pueden preparar la cena y luego tomarse el resto del día libre —Taehyung ordenó. Salió del auto apenas llegamos y se dirigió a mi puerta. —Te llevaré personalmente a nuestra habitación... —lo miré algo sorprendido. Ante mi gesto él frunció el ceño en modo de duda —¿o prefieres dormir en otra?

—No... —Mi voz salio en un pequeño susurro, este hombre me daba miedo y escalofríos por su mirada penetrante y fría como la noche.

—Bien, sígueme.

Baje de la limusina con su ayuda, al parecer era todo un caballero. Lo primero que logré visualizar fue una gigante mansión. No me lo puedo creer, ¿¡viviría aquí!?

Él tosió falsamente para llamar mi atención y que lo siguiera, cosa que me dio un poco de vergüenza.

¡Concéntrate Jeongguk!

La mansión se veía acogedora. Era de tonos blancos combinados con adornos dorados y chocolates. La entrada tenía una alfombra chocolate con adornos negros y las paredes totalmente blancas. La decoración era de otro mundo: los muebles eran totalmente finos, los colores se conjugaban bien dando un placer visual, sus detalles decían cuánto debían de costar y todo estaba perfectamente limpio.

En el trayecto Taehyung no había mencionado ni una palabra. El resto de la casa estaba adornada con muebles, cuadros y esculturas con los colores ya mencionados. 

Caminábamos por un pasillo, que parecía ser el principal, y nos topamos con una foto de una hermosa mujer justo en el centro de este. Debajo del cuadro habían flores azules, exactamente unas cuantas rosas azules y par de orquídeas.

—¿Quién es ella? —le pregunté cuando me percaté que él se encontraba mirándome con una mirada algo triste; me había quedado de pie, observando el cuadro.

「Amar y Servir」	[TaeKook-VKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora