Su mirada

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En sus ojos

—en esos tan perfectos ojos—,

hallaba el mejor refugio

que podía encontrar.

Tenía una mirada que penetraba mi ser;

que acariciaba, que curaba mi alma,

 y me regalaba paz;

una mirada que me hacía soñar,

que me regalaba esperanza;

una mirada imposible de olvidar.

Ella clavaba en mí sus bellos ojos,

y yo sentía

como si hubiera hecho a mi corazón reiniciar.

Me miraba con sus claros ojos,

mientras hablaba;

y yo sentía estar perdido,

estar extraviado en su tan bella y

dulce forma de mirar.

Era atrapado por su magia,

sus ojos me hipnotizaban,

concebían en mi rostro sonrisas,

de esas sonrisas imposibles de ocultar.

La miraba,

perdidamente la miraba;

sentía que podía amarla con mis ojos,

sentía que podía acariciarla,

abrazarla, decirle que la quería,

con tan solo mirarla.

Ella me regalaba esos momentos tan únicos,

esos pedacitos de eternidad;

y yo,

yo solo me perdía en sus ojos

—en esos tan perfectos ojos—

que me eran imposibles de ignorar,

que me eran imposibles de dejar de amar.


Sentimiento en versoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora