El primer contacto

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Narra Solar:

Como de costumbre mis padres, mi hermano y yo íbamos de camino a Bucheon, hacía pocas semanas desde que nos dieron las vacaciones, yo estaba muy emocionada porque por fin podría volver a ver a Moonbyul.

Durante el trayecto, recordé como nos conocimos, fue en verano, yo tenía seis años y mis padres me llevaron a un campamento de verano. Yo era una niña bastante tímida así que no tenía muchos amigos allí.
La primera vez que hablamos yo estaba llorando porque me había caído y me hice daño en la rodilla, ella se acercó y se agacho junto a mi, yo la miraba con lágrimas en los ojos, ella me miró fijamente para luego desviar su mirada hasta mi rodilla, entonces me cogió con cuidado la pierna para no hacerme daño y me dió un beso en la herida, yo dejé de llorar para luego mirarla fijamente.

Moonbyul: ¿Así mejor?

Solar: Sí, gracias... Hola, soy Kim Yong Sun.

Moonbyul se levantó y me tendió la mano para ayudarme a ponerme de pie.

Moonbyul: Yo soy Moon Byul-ie, encantada.

Desde ese momento nos volvimos inseparables, a veces aún parece que somos las mismas niñas que se conocieron hace 12 años.

Llegamos a Bucheon sobre el medio día, después de descargar el equipaje del coche y subir las maletas al piso de mis abuelos fuimos a comer a un restaurante de la zona. Cuando terminamos de comer llamé a Moonbyul, y quedamos en el parque central.

Cuando llegue no lograba ver a Moon por ningún lado, de repente note que unas manos me taparon los ojos, y escuché esa voz que tanto había echado de menos en Seúl y sonreí.

Moonbyul: ¿Quién soy?

Solar: Deja que lo adivine, ¿eres rubia?

Moonbyul:

Solar: ¿Eres más pequeña que yo?

Moonbyul: Solamente en edad y por un año.

Solar: huummm, ya lo tengo, eres mi pequeño hámster.

Moonbyul retiro sus manos de mi rostro rápidamente e hizo girarme para verla, se podía ver en su cara lo ofendida que estaba por mi comentario.

Moonbyul: ¡Oh! Eso ha sido un golpe bajo unnie.

Solar: ¿Y qué tú me llamases bajita no?

Ella se cruzó de brazos y me miró fijamente durante unos segundos, yo la imité, al cabo de un rato fingiendo estar molestas Moonbyul extendió los brazos con una sonrisa para darme un abrazo, yo salté sobre ella rodeando su cuello con mis brazos y su cintura con mis piernas, sin esperarse el movimiento me agarró y perdió un poco el equilibrio pero logro estabilizarse y evitó caerse de espaldas al suelo conmigo encima.

Moonbyul: Te he echado mucho de menos Solar, a demás tengo muchas cosas que contarte.

Solar: Yo también te he echado mucho de menos, y ya estás tardando en contármelo.

Me bajé de encima suya, me agarré de su brazo y comenzamos a andar.

Moonbyul: Pues verás, cuando volviste a Seúl y empezaron las clases quede con Baekhyun para dar una vuelta y ponernos al día, ¿sabes que pasó cuando fue a Jeonju para ver a Wheein?

Solar: ¿Qué pasó?

Moonbyul: Pues resulta que cuando llamó a la puerta de la casa de Wheen-sii le abrió una chica que no conocía de nada.

Solar: ¿Y qué tiene eso de especial? Sería una amiga de ella.

Moonbyul: Tiene de especial que la chica que la abrió estaba solo con una bata de encaje.

Solar: ¿Estás insinuando que Wheein y esa chica tuvieron algo?

Moonbyul: No lo insinúo, lo afirmo.

Mi mente en ese momento no supo como reaccionar, no por el hecho de que una de mis amigas tuviera algo con una chica, sino porque no me podía creer que nuestra pequeña Wheein, que parecía tan inocente hubiese llegado hacer cosas de mayores. Moon me miraba fijamente y comenzó a reír al ver mi expresión de perplejidad.

Moonbyul: Esa misma cara es la que se le quedó al pobre Baek cuando la chica le abrió la puerta.

Solar: Osea que nuestra pequeña se ha hecho mayor.

Moonbyul: Eso es lo que le dijo a Baek.

Solar: ¡Oh, my God!

El resto de la tarde la pasamos hablando de todo lo que nos había pasado durante el año. Serían aproximadamente las ocho cuando Moon recibió un mensaje de su madre diciendo que volviese a casa, ambas cogimos el autobús para irnos, yo me bajé unas paradas antes y nos despedimos, no sin antes haber hecho planes para la tarde siguiente. Cuando llegue no estaban ni mis padres ni mi hermano, con suerte habían hecho la compra antes de salir y pude hacerme la cena. Después de cenar me metí en la cama y me puse a leer, al rato caí rendida debido al cansancio del viaje y a la tarde paseando por el parque.

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