Aún recuerdo el momento en que te encontré iba como siempre pasando por el mismo lugar de costumbre en mi mente pasaban mis futuros planes, que hacer o a donde querer ir, era lo mismo que me invadía una y otra vez, día tras día, parecía la cotidianidad de siempre, mi vida común donde nada parecía variar, pero a diferencia de otros días, el sonido de una risa hizo estremecer cada parte de mi cuerpo, pude ignorarla pero una parte de mi, quiso saber de quien provenía he aquí donde comienza mi odiosea.
Mientras mas me acercaba podía escuchar una risa encantadora, solo continúe caminando pero está vez, mi mente no se ocupaba de idear más mis planes de vida, todo lo contrario a medida que le oía sonreír, por primera vez en mucho tiempo, observe el paisaje las hermosas montañas, el leve riachuelo a la distancia y vi muchos árboles, que para ser sincero en ningún momento llamaron mi atención hasta ahora, luego de caminar un poco llegue a un lugar espacioso con verdes praderas con un hermoso árbol frondoso, pero algo me detuvo la verdad no pude acercarme más.
Si lo admito, me falto el coraje necesario, pero aun así no me rendiré, eso me decía a mi mismo, a medida que caminaba a mi hogar, tal vez lo hacía para darme el valor que necesitaba, el camino se hacía cada vez más lejano simplemente no podía sacarte de mis pensamientos.
Al llegar a casa como siempre ayude a mi madre con los trabajos pesados, era prácticamente el hombre de la casa, con un padre trabajando a distancia que venia solo en vacaciones, era el responsable de proteger a mi hermana, que por suerte no me daba mucho trabajo, aunque su necedad me solía sacar de quicio, pero comprendía que era parte de ella, sus locuras me acusaban de risa, vivíamos en un pequeño valle, donde parecía que nunca ocurría nada nuevo, la noticia quizás más novedosa era cualquier cosa que sobre salía de lo común.
Siempre antes de dormir me gustaba observar el cielo, me perdía en su inmensidad, esa noche simplemente me propuse al llegar a conocer esa chica misteriosa, si nos ponemos haber el misterioso seria yo, por querer conocer a alguien que ni sabe de mi existencia, pero caer en detalles no venia en el momento.
Cada mañana era despertado por mi hermana parecía ser su juego favorito molestarme saltando en mi cama y abriendo las ventanas, donde el sol invadía mi ojos, recordándome que era un día más, que era hora despertar de mi hermoso mundo de sueños, adoptar mi realidad, luego de dejar a mi hermana en la pequeña escuela del valle, decidir ir al lugar donde había visto por primera vez a la chica, en realidad era la única pista que tenia de ella, si deseaba conocerla era allí donde debía ir eso pensé.
Cuando llegue no pude verte por ningún lugar supongo que vendrás a una hora determinada, espero con mi suerte no solo pasaras por aquí una sola vez, aquel árbol frondoso llamo mi atención, me acerque estaba lleno de vida, así que solo me recosté en las sombras de ese árbol, bajo su sombra descanse un poco, no entendía porque no lograba sacarte de mis pensamientos, es decir, solo te vi una vez, como es posible que causes tanto en mi, si no sé nada de ti.
Ese día tan solo me fui, lleve a mi hermana a casa, salí como siempre con mis amigos luego de ayudar a mi madre, tenia un año libre, sabía que luego debía irme a vivir con mi padre a la ciudad este me conseguiría un cupo en alguna universidad, en ese entonces no tenia idea de lo que quería ser en mi vida, no me pasaba pensar en eso en esos momentos, le pregunte a mi mejor amigo, si conocía alguna chica que fuera nueva en el valle, pero no me supo dar respuesta, no quería pensar que verle fue solo parte de mi imaginación.
Por eso decidí, pasar a una hora similar a la primera vez que le encontré, pero conseguirlo me llevo varios días, ese día que le vi, me distraje tanto que no me fije la hora, pero al no encontrarte me quedaba como siempre bajo la sombra del árbol allí reposaba e ideaba como conocerte, un día mientras me quede dormido en su sombra, al moverme note que el árbol tenia una pequeña abertura pero solo debes estar muy cerca para poder notarlo, me pregunto si ella sabrá que existe esto en este árbol.
Conseguí descubrir la hora exacta en que llegas, cada día te observaba intentaba llenarme de ánimos, encontrar la manera de conocerte y pensaba tenemos algo en común, ese cálido árbol que nos resguarda, por alguna razón es como si diera seguridad, ese día no estabas como siempre, pude notar en tus ojos una enorme tristeza, de repente una loca idea vino a mí.
Al día siguiente luego de llevar a mi hermana, volví ayudar a mi madre y le pregunte si eres alguien tímido podrías expresarte igual por medio de una carta, se lo que pensaran una carta en esta época, pero que desactualizado anda, a veces ni la mejor tecnología supera la bondad de las palabras esa sería una opinión personal que se que nadie me ha pedido aún, pero sin embargo se los dejo de consejo. Mi madre sonrió me dijo lo importante es que le expreses lo que sientes, si de verdad le quieres porque dudas tanto, esas palabras me animaron a continuar con lo que traía en mente solo pude darle las gracias que mejor consejo que el que me había dado mi madre.
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El Árbol Mágico
Roman d'amour"El Árbol Mágico" Una historia donde un lindo romance puede surgir, pero estarán llenos de muchos obstáculos superarán todo y lograrán estar juntos o el cruel destinó logrará separarles?, acompaña paso a paso a nuestro protagonista, convierte en su...