Un Deseo Echo Realidad (Capitulo 5)

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Llego el momento tan esperado había viajado a la ciudad tal como mi padre lo deseaba, yo sentía que algo había muerto dentro de mí, no se imaginan lo difícil que es, no poderle decir a la persona que amas lo que sientes y saber que no podrás hacerlo jamás, porque ya simplemente no está más entre nosotros.

Así fue pasando el tiempo me fui adaptando a vivir en la ciudad, al ajetreo del día a día en este lugar, estudiaba y los fines de semana trabajaba en un restaurante, trataba siempre de mantenerme ocupado, quizás para no pensar tanto en ella, pero siempre usaba su preciado regalo para mi, era lo más importante que tenía en este mundo, aparte de mi familia, ese collar era todo lo que me quedaba de ella.

Mis estudios eran complejos a veces no dormía, pero valía la pena estudiar el cuerpo humano saber sus fallas y sus métodos de curación, por alguna razón no quería regresar ni en las vacaciones al valle  donde viví toda mi infancia, creo que no me sentía preparado para enfrentarme a sus recuerdos, ni recorrer todas las emociones que viví allí, mis padres venían a visitarme en vacación y navidades traían a mi linda hermanita, la cual iba muy bien en su colegio, mi padre logro poner ese local que tanto quería un pequeño pero cálido restaurante que era conocido por los turistas que visitaban el valle, tal parece que los pasteles de mi madre se hicieron realmente famosos, no es de extrañar si tenían un exquisito sabor y aroma estupendo, definitivamente de chuparse los dedos, me sentía orgulloso al ver a mis padres lograr sus metas.

Siempre permanecí en contacto con mi amigo, él se había ido a una ciudad vecina se dedico al estudio de la mercadotecnia y las relaciones industriales, supongo que mi amor a la medicina nació por ella, por querer ayudarle aunque fui realmente inútil en aquellos momentos, no hubiera podido hacer nada.

Pasaron los años aunque sigo enfocado en mis estudios el momento de graduarme se aproxima, parece increíble cómo pasa el tiempo, mi hermana ya es toda una adolescente dentro de 2 años vendrá a la capital a vivir conmigo pagare sus estudios es lo mínimo que puedo hacer para ayudarle, por suerte el negocio familiar a sigo prospero con los años tienen ayudantes, tuve una que otra novia, pero con ninguna llegue a tener tanta confianza como con ella, creo que no sentía amor por ninguna de las que pasaron por mi vida, no me juzguen no les tome como juego realmente quise amarles, pero no pude hacerlo, una de ellas me reclamo porque usaba el collar de alguien que posiblemente este muerta, deberías superar su muerte me dijo, yo solo me reí le dije este collar es uno de mis tesoros más preciados jamás pero jamás me desharé de este collar, y si no puedes entender eso allí está la puerta, ese día le perdí, pero no sentí el más leve dolor, sentí un eterno alivio, quien querría a una histérica en su vida.

Me logre graduar con honores, tenía varias propuestas para trabajar en clínicas pero decidí irme a trabajar con mi mentor el profesor que siempre me animaba a continuar, el que sabia la historia de mi vida, mis padres se sentían orgullosos, mi hermana disfrutaba sus vacaciones en un año más yo iría a buscarle para traerle conmigo, iría después de muchos años a ese valle, me sentía preparado eso pensé pero aún falta para que suceda, mi amigo me invito a su boda tal parece que al fin consiguió la chica que lo atrapara, fui su padrino de bodas disfrute mucho compartiendo con ellos, ese día el me dijo aún no logras olvidarla ella realmente supo robar tu corazón, solo le sonreí creo que tienes razón después de todo fue mi primer amor,
Me concentre en mi trabajo los pacientes parecían tomarme bastante aprecio, quizás por mis métodos de tratarles como si fueran parte de mi familia, salve varias vidas y siempre usaba el collar que ella me dejo era mi amuleto de la suerte, sentía que de algún modo ella me cuidaba desde donde estaba, por más años que pasaban seguía en mi mente como el primer día.

El Árbol MágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora