2. "I Don't Believe A Word You Say But I Can't Stop Listening"

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-te veo mañana.- dijo Fabrizio sonriente antes de chocar su puño con el mío y salir corriendo al auto de su padre. Sonreí inconscientemente al verlo cuando le enseño su examen de física aprobado con 7.

Recordé cuando mi padre solía recogerme a mí de igual forma, probablemente también le habría enseñado mi examen para que sonriera, habría abrazado mi espalda y me habría felicitado por sacar 10.

Como sea, era estúpido pensar en ello, por eso prefería darme vuelta y caminar a casa.

El cielo se estaba cerrando, era evidente que llovería muy pronto, con suerte alcanzaría a llegar a casa antes de que la lluvia me alcanzara.

Asumo que mamá no esperaba que llegara a mi hora, porque cuando abrí la puerta de nuestro apartamento, la escuché hablando por teléfono.

-es que ya no sé qué hacer. Empeora con el paso de los años, Alessandra ya me ha dicho que lo mande a una escuela militar o a algún curso donde prometan corregirlo.- me acerqué un poco junto a la pared para escucharla.- yo ya estoy desesperada, por más que trato comprenderlo, me es imposible ayudarlo. Quizá tenga que hacerle caso a Alessandra y deba enviarlo a algún lugar donde puedan darle la ayuda que yo no puedo.- debo admitir que eso me dolió y mucho. No porque no tuviera razón, ella estaba en lo correcto, yo era un dolor de cabeza, solo no pensé que estuviera tan harta de mi.- estoy muy cansada de lidiar con estas cosas y aunque pudiera, no estoy segura de querer hacerlo. No quiero que Celine siga sus pasos.- no quise escuchar más.

Deje mi examen de física encima de la mesita en la entrada y entonces salí de la casa de nuevo.

Caminé apenas una cuadra para cuando comenzó a llover, no era muy intensa pero lo suficiente como para empaparme el cabello y la ropa.

Crucé cuatro cuadras más hasta llegar a una tienda de conveniencia. Me acerqué al cajero y le dije

-unos Newport Menthols, por favor.- el hombre me miró consternado por lo empapado que iba, pero aún así tomó la cajetilla y la colocó encima del mostrador.- ¿cuánto sería?

-necesito tu identificación.- respondió en automático. Fingí buscar en mi billetera e hice una mueca simulando sentirme un estúpido.

-no puede ser, la deje en casa.

-ni hablar. Será para la próxima, amigo.- tomó la caja y la puso de nuevo en su lugar. Saqué dos billetes de cinco dólares y le dije

-por favor amigo, vine caminando hasta acá. A la siguiente traeré mi identificación, lo juro pero no tengo tiempo de volver y enserio necesito los cigarrillos.

-lo siento pero no puedo vender a nadie sin identificación.- parecía que esa sería su última palabra.

Recargué mi frente sobre el mostrador antes de volver a mirarle a los ojos y decirle

-por favor, enserio los necesito ya. Por favor, véndamelos, iré por mi identificación y volveré ¿sí?

-lárgate antes de que llame a la policía.- el hombre ni siquiera se molesto en mirarme.

Recargué mis codos sobre la superficie cuando escuché una risita a mi izquierda, volteé y vi a un chico con cabello marrón y ojos claros, pero más bien de un color avellana. Alcé una ceja ¿se estaba burlando de mi?

Estaba por preguntarle acerca de cuál era su maldito problema, cuando él dijo

-pobre niño, eres menor de edad ¿cierto?- me le quedé viendo con la mirada más venenosa que pude acertar, por alguna razón no salían palabras de mi boca para refutarle.

Volvió a reír y yo no podía dejar de mirarlo casi con odio, ¿por qué tenía que hacer esto? Me encontraba en una crisis existencial y el tipo tenía que burlarse de mí.

|All The Boys Are Smoking Menthols|  ~JulickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora