Sueño de Amor || ɢᴏʟᴅᴇɴᴛʀᴀᴘ ( Editando )

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Especial de Navidad 2016 ( 01/05 )

Narrador Omnicente.

Los copos de nieve, caían del cielo, techos congelados, niños deslizándose por montañas de nieve, ¿Que mas se podía pedir en un fino dia de invierno?

Dos chicos, con color de cabello rubio y verde grisáceo, se preparaban para salir a jugar, desde que comenzaron denuevo su amistad, habían esperado este momento para recordar sus momentos de niños.

— ¿Listo para ir por el trineo? — Pregunto el ojiverde.

— Ya sabes la respuesta — Le sonrió el pelirubio grisáceo.

En ese momento, ellos dos se fueron hacia el trineo que el peliverde, guardaba para esperar el invierno.

Ambos se acercaron al trineo, y lo miraron con cariño, recordando sus momentos de niños en el..

Sin esperar mas, tomaron el trineo y corrieron fuera de la pizzería.

—¿No ya estan grandes para ir en el trineo?— Pregunto Rachel

—¡Uno nunca esta viejo para esto! — Exclamó Springtrap.

Ambos, corrieron fuera de la pizzería, y se acercaron a una montaña grande, un tanto difícil para ir en trineo.

— Pensándolo bien... Deberíamos regalar este — Sugirió Golden

—¿Que dices? — Pregunto su compañero.

— Es muy pequeña para nosotros, no juegues. — Respondió

— Lo que digas, princeso — Rodó los ojos su amigo y se acercaron a un local.

Pidieron un trineo para los dos, y subieron hasta un punto un tanto bajo para no sufrir daños.

Al llegar, estaba completamente vacío, podían subirse una y otra vez si lo deseaban.

Lanzaron el trineo, esta vez grande para ambos y se tiraron hacia abajo.

Al llegar a un montículo de nieve,  deseaban repetir la acción, esta vez, a mejor altura.

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El silencio que iba en el vagón en el que iban ambos chicos, era único, ambos lucían emocionados.

Habían puesto el trineo al lado del Peliverde, ya que ellos iban conversando.

— Entonces, ya sabes, eres homo? — Pregunto el peliverde curioso.

— Si, ya te lo dije 5 veces — Respondió riendo, el rostro de su amigo lucía confundido.

— ¿Seguro? — Preguntó

— Si, pero no lo descubrí por mi cuenta, alguien me ayudo. — Le dijo con un leve pero no notorio sonrojo en sus mejillas.

— ¿Ah si? — Pregunto — ¿Quien es el afortunado? — Preguntó el ojiverde, su compañero no notaba que sentía dolor en su pecho, no por el frío.