CAPITULO 5

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Después de que Ethan saliera de la habitación me fui al baño para lavarme la cara, ya que la tenía toda roja de tanto llorar.

Decidí que se acabó, que ya no podía seguir así, cada vez que pasa esto un pedazo de mi corazón se va a la mierda.

Vuelvo a mi habitación suspirando, y decido ordenar un poco, no es que esté muy desordenada, pero es una manera de mantener mi mente ocupada. Recojo mi pelo en un moño desordenado, y me dedico a recoger hojas, y algunos bolis por el suelo; pues, cuando me da por estudiar, a los cinco minutos me canso y tiro las hojas y bolis por todos lados.

Para cuando me quiero dar cuenta ya está todo recogido, así que cojo mi móvil, y bajo al comedor a ver un poco la tele, aprovecharé que no hay nadie. 

Me tumbo en el sofá, y enciendo la tele, después de cinco minutos cuando estoy apunto de quedarme dormida,  suena mi móvil indicando una llamada de mi hermano.

LLAMADA

-Enana ¿está Ethan contigo? -sé que está borracho por como habla.

-No, aquí no está ¿porque? -frunzo el ceño.

-Estábamos en una fiesta y ha desaparecido, y no esta muy bien que se diga.

-me visto y te ayudo a buscarlo -suspiro y cuelgo sin dejarle terminar.

LLAMADA FINALIZADA

Subo a mi habitación a por una sudadera ya que con las mayas voy bien.

Me paro un momento a pensar en donde puede estar.

El cementerio.

Él siempre va allí, no le gusta ir en su fecha exacta, y cuando va, no va muy sobrio que digamos, salgo de casa, y el frío me da en toda la cara, me pongo a correr ya que no tengo quien me lleve; son las cinco de la mañana y no quiero molestar a Alex, el cementerio no queda muy lejos, al revés queda cerca.

En unos diez minutos estoy en la puerta del cementerio, veo la moto de Ethan y busco mi móvil, pero como soy tan gilipollas me lo he dejado en casa, avisaré a Aaron desde​ el móvil de Ethan, salto como puedo la gran puerta, y camino hasta su lapida.

Y ahí esta, en el suelo; llorando... Me parte el alma verlo ahí, corro a su lado y lo abrazo lo más fuerte que puedo.

-Ethan, ¿que haces aquí? y ¿así? -susurro en su oído abrazándolo.

-Necesitaba verla, hablarle- responde temblando, mientras me coge de la cintura y me sienta en su regazo, esconde la cabeza en mi cuello y noto como llora.

-Cariño mío... -sollozo y le acaricio la nuca.

-Siento ser un idiota niña -me aprieta contra él -lo siento de verdad.

-No importa -le cojo la cara entre mis manos y le miro fijamente -tenemos que irnos, Aaron te está buscando.

Me mira fijamente, y se acerca lentamente, pone una mano en mi nuca y me besa, le sigo el beso, y bajo mis manos a su cuello, muerdo su labio inferior y noto como gruñe en mi boca mientras me separo.

-No podemos seguir así Ethan -susurro- me dañas, y yo ya no puedo más, será mejor que lo olvidemos todo, será mejor que te apartes de mí, que no me hables, ni me mires -trago saliva y reprimo las lágrimas que se me están acumulando en los ojos.

-No puedo, ni quiero, y se que te hago daño, pero simplemente no puedo dejar de mirarte, hablarte o besarte. No puedo niña, eres una puta droga para mi, ni la coca ni la maría me hacen el mismo efecto que me haces tú, te necesito, y no puedo separarme de ti -me mira.

Eres mía, niñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora