Chapter 2

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Harry's POV

Abrí los ojos por el terrible sonido del despertador colocado a unos centímetros de mi cabeza. Suspiré y saqué uno de mis brazos de debajo de la tibia colcha para así poder acabar con el punzante zumbido que el aparato me provocaba. Golpeé algunas veces el pequeño reloj solo consiguiendo que este cayera al suelo y siguiera sonando debajo de la cama. Suspiré frustrado, me despojé de la colcha, y me levanté de la cama para asomarme debajo de esta y así tomar el despertador y poder aventarlo por la ventana. Bien, ahí va mi tortura, sonreí. Y también la cadera de la señora Francis. Se lo merecía por ser una vieja chismosa. Antes y no le rompí la dentadura, ese si hubiera sido un logro.
"Bueno," me encogí de hombros", "para toda gran victoria debe de haber sacrificios. La recordaré siempre casera de la señora Francis." Mi madre me mataría al enterarse, pero al menos ya no había algún sonido ni dolores de cabeza. Punto para Styles.

Sabía que ya no había sentido si me volvía a acostar, mamá vendría en cualquier momento a tocar la puerta para cerciorarse de que estuviera despierto. Suspiré cansado y me froté los ojos y acto seguido mi cabello rizado. Como quisiera simplemente dormir todo el día. Quizá no TODO el día, aún tengo que comer e ir al baño para comer más. Tendría que ingeniármelas con un plan perfecto para que eso funcionará. GENIUS. Una vez con mi plan a futuro en mente, me dirigí al cuarto de baño que posee mi habitación, me deshice del pans y de los calzoncillos que me acompañaban, y me adentré a la ducha no tardándome más de 10 minutos, como debería ser. Esa gente que tarda más son una pérdida de tiempo. Eso de depilarse las piernas es una tontería. ¡Ámense al natural! Mujeres, peludas se verían bien.
Una vez afuera, tomé lo necesario para verme decente, me sequé el cabello, y metí mi teléfono en mi bolsillo trasero del pantalón.
Estaba abriendo la puerta del cuarto cuando me topé a Anne, su puño ligeramente levantado en el aire, y su cara mostrando asombro puro. Sonreí de lado sabiendo el porque de su reacción. Le besé la frente.

"Buen día." La pasé de lado y me dirigí a la cocina bajando las escaleras. Escuché sus pasos detrás mío, por lo que concluí que compartíamos el mismo destino.
"¿Qué haces despierto tan temprano? ¿Todo bien?" Me detuvo tomándome del hombro y posicionó ambas de sus manos sobre mis cachetes, presionándolos tan fuertes que mis labios hicieron un puchero. Arrugué la nariz por su comportamiento, y la alejé mientras rodaba los ojos. Llegando a la cocina abrí el referí y saqué el cartón de leche.
"Está vez la alarma sí sonó." Fue todo lo que le dije antes de llevarme el líquido blanco hacia los labios y tomar directamente del envase. Dio un suspiro mientras me arrebataba la leche con una mueca de disgusto.
"Te he dicho miles de veces que no hagas eso. No es saludable que tomes directamente del envase." Sacó un vaso de los estantes y sirvió lo que quedaba de leche. "Ahí tienes." Se dio la media vuelta tirando la caja vacía, y no dijo nada más mientras se concentraba en prepararme el desayuno.
Negué divertido y me senté en la pequeña isla que tomaba la mayoría del espacio en nuestra cocina. Noté que ella ya había almorzado puesto que varios trastes, recién usados, llenaban el trastero.
El silencio reino el ambiente después de unos minutos, pero esta vez no me molestaba. En cambio me sentía relajado por el hecho de que mi madre no había sacado al tema la verdadera razón por la cual me había levantado más temprano de lo habitual, o al menos aún no se enteraba de la fractura hecha por mi despertador.
Cuando terminó el desayuno lo colocó frente a mi, se sentó en el banquillo que había del otro lado, y sin nada más comencé a comer.
Algo estaba pasando, ella es conocida por ser una mujer a la que le gusta platicar en cuanto el momento este presente, es obvio que algo está tramando.
La mire disimuladamente mientras picaba algo de tocino con mi tenedor, ella tenía su mirada directamente en mi.

Por favor no.

"Bien." sonríe mientras yo me dedico a suspirar sabiendo perfectamente a dónde terminaríamos llegando.
"¿Listo para tu primer día?" Colocó los brazos sobre la madera, y descanso su cabeza sobre su propia mano. La volví a mirar.

"No."

"Pero..." La interrumpí.

"Sinceramente, mamá." Tomé una bocanada de aire alistándome para lo que iba a decir. "Nadie estaría listo en su vida si lo único que va a hacer por el resto de esta es verle la cara a niños malcriados que no son queridos en sus casas." Formé la mejor impresión de aburrimiento que jamás hubiera podido realizar, para que así le diera a entender que real y sinceramente no estaba listo para perder mi tiempo en ese lugar.

"Harry, cariño. Esos niños no son unos malcriados. Lo qué pasa es que sus padres no tienen tiempo de cuidarlos por estar trabajando. El hecho de que no pasen todo el tiempo con sus hijos, eso no significa que no sean queridos."

"Eso no significa que yo tenga que gastar mi tiempo en cuidarlos." Rodé los ojos y me levanté del banco cansado de la conversación, tomé mi plato y lo puse en el fregadero. "Te espero en el auto." Salí de la cocina esperando que captara que la conversación había acabado.
Si iba a perder tiempo en algo tan absurdo como cuidar niños, al menos lo haría en silencio, donde nadie pueda notar mi vergüenza, ni siquiera yo mismo.

Dancing In The SkyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora