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Me puse la ropa, los feos lentes y salí, hoy comenzaba mi plan, me subí a la vieja bicicleta y comencé el camino hasta mi "nuevo" instituto.

Al llegar a dicho lugar fui a hablar con la secretaria, le pedí amablemente que si en la lista me podría poner con mi segundo nombre y mi segundo apellido, ya que así me presentaría y sería más fácil para todos reconocerme, ella accedió sin presentar objeción alguna, lo cuál me alegró un poco, porque iba mejorando; la señora me asignó un casillero y me dio un horario, en la tercera hora tenía gimnasia, y no tenía ni idea de como iba a hacer en esa clase, ¿como esconderme? Debía pensar en algo, y rápido.

Dejé mis libros y saqué los de mi primera clase, Biología, ¡genial! No me agrada esa asignatura pero hago mi mayor esfuerzo, y no es complicado, es sólo que no capta mi atención como las lenguas, o literatura.

Iba caminando hacia mi salón de clases, y uno de los chicos del equipo de fútbol se percató de mi pequeño cuerpo caminando por el pasillo.

-Uh, chicos, miren, hay una nueva nerd -se comenzó a burlar de mi- uy nena, eres la más nerd que he visto en mi vida -yo sólo lo ignore y seguí mi camino, nada estropearía esto-.

Llegué al salón de clases, me ubique en una de las sillas del frente, tan pronto entro el profesor, todos los demás estudiantes comenzarón a entrar y a ubicarse, las animadoras y los chicos del equipo se sentaron en la parte de atrás, como es de esperar.

El Sr.McCartney entró y dio el saludo general, después dijo:

-Bueno alumnos, como muchos se pueden dar cuenta, hay una nueva alumna en clase -dirigió su mirada a mi- ponte al frente por favor.

Me acomode mis falsos lentes, y me paré portando toda esta fea capa de ropa, me puse al frente de el alumnado del salón y pude fingir estar nerviosa.

-Mi...nombre es...emmm...Michelle Garland...soy...¿mujer? -todos se comenzaron a burlar de mi, voy por buen camino-.

-Muy buena presentación Sta.Garland -dijo el profesor-.

Me acomode en mi asiento, para así pasar el resto de la aburrida clase poniendo atención para que mi plan funcione PERFECTAMENTE. La clase acabó a la hora exacta, me levanté de mi asiento, guardé mis libros en el bolso, me dispuse a salir del salón pero alguien me agarró del bolso, por lo tanto me fui hacia atrás para después caerme de culo al piso. Miré hacia arriba, y como si fuera raro, estaba una de las animadoras riéndose de mi elegante caída.

-Uy pero mira, la nerd se calló, pobre Michie. ¿Así te dicen verdad? Porque si no lo hacen, ahora si -miró a sus huecas compañeritas del equipo, y se comenzaron a reír, y después se fue, dejándome sola en el suelo-.

Me comencé a apoyar, pero alguien me cogió el brazo y ayudo a levantarme.

-Permíteme te ayudo -dijo una voz misteriosa detrás de mi, me volví y me encontré con un apuesto apuesto chico de ojos conocidos, me brindó una hermosa sonrisa de hermosos dientes no tan alineados- emm, hola, mi nombre es Benjamin -me tendió la mano, le devolví el saludo con gusto, en ese momento, algún tonto chico dijo su nombre desde el exterior del aula- disculpa, me tengo que ir, nos vemos al rato.

Me acomode los lentes y salí del aula, Benjamin de verdad es guapo, su cabello es rubio, sus ojos son de un azul profundo, misteriosos y atrayentes, es más alto que yo, calculo que mide 1.88 o más, ha cambiado mucho desde la última vez que lo vi, pues claro, tenía qué, lo vi hace 11 años.

Mi siguiente clase es literatura ¡Si! Como amo esa clase, escritores y libros everywhere. Me di una cachetada mental por sonar tan Nerd, pero me temo que en verdad me encantan los libros, son como el amor de mi vida que nunca tendré físicamente.

La clase transcurrió normal, el profesor me presentó, se burlaron de mi y los chicos de la parte de atrás no dejaban de hablar en toda la clase, hasta que:

-Así que, chicos, para su primer trabajo, el cuál va a ser en parejas, tendrán que hacer un ensayo de la literatura en el siglo XIX, y una obra de teatro que se ubique en el conexto, recuerden que esta es una de las notas más importantes del semestre -en ese momento, todo el mundo se quedo en silencio, se podían escuchar los animales del exterior, sin embargo, sabía que esto no dura mucho, segundos después todos comenzaron a decirle a alguien que fuera su pareja; el profesor irrumpió otra vez en el bullicio de los alumnos.

-Debido a que no pueden organizarse pacíficamente, yo mismo organizare las parejas -su mirada se vio desviada a la lista que tenía encima de su escritorio y comenzó a decir apellidos que poco conocía, hasta que dijo el mío- Sta.Garland con Sta.West -en ese momento mi mirada giraba por todos los alumnos, para ver si descubría quiene era, hasta que una chica puso su mano en mi hombro-.

-Oh, la nerd, hola, mi nombre es Brittany, ¿que te parece si esta tarde voy a tu casa para comenzar con la tortura? -abrí los ojos, A MI CASA NO-.

-No, lo lamento, no podemos ir a mi casa, ¿te parece si vamos a la plaza Kenley?

-Pues claro, nos vemos allí a las 4:30, no llegues tarde -y se fue-.

Mi siguiente clase era gimnasia, problemas, no sabía como esconderme, sé que tengo un gran cuerpo, en una oportunidad fui modelo, pero eso es lo que no puedo dejar que descubran los demás.

Al final opté por dejarlo pasar, me puse la ropa de gimnasia y ¡a hacer ejercicio!

Cuando la clase finalizó fui hacia las duchas y me refresque, al ir a mi casillero a buscar las horribles prendas a las que llaman "ropa", me encontré con predecible noticia de que las animadoras se habian robado mi ropa. Genial, muy original. Únicamente llevaba puesta mi ropa interior negra de encaje, la cuál exponía mucho mi cuerpo, tenía la toalla encima cubriendo mi cuerpo pero las huecas me la arrebataron fácilmente, así que quede totalmente expuesta. Se escuchaban sus risas, pero no sabía de donde provenían, se escondían muy bien.

Como un flash, llegó a mi mente el recuerdo de mi audacia y de lo predecibles que son, y me acordé de que habia traido ropa de repuesto en mi mochila, y también el recuerdo de mi estupidez y de que deje la mochila en el casillero, así que esperé a que sonará el timbre del refrigerio para que todos se fueran a la cafetería y los pasillos estuvieran vacíos para salir y correr a mi casillero por la mochila.

Asomé mi cabeza sigilosamente por la puerta del vestidor y el pasillo estaba completamente vacío gracias a Dios. De puntitas agilicemi camino hacia mi casillero, lo abrí y saqué mi mochila, lo cerré y escuche una voz detrás de mi, conocida ya.

-Oh mi Dios -me volví para ver a un Benjamin asombrado, la boca semi-abierta y los ojos de un azul más oscuro y abiertos como platos- ¿por...por qué...estás...a-así? Dijo incapaz de completar palabras-.

-Estaba en gimnasia, y la típica broma hacia las nerds, y...

-Calla, creo que te conozco -en ese momento, sentí que mi plan se venía abajo-.

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