Capítulo 5: Nueva vida

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Aylen salta del dolor cuando la mueven cuidadosamente del hombro herido. Abriendo los ojos, enfoca al señor Carter con pinta de haberlo asustado con su forma de despertar.

—Lo siento —susurra apenada— Pero tengo una herida reciente en ese brazo y duele si me tocan.

—¡Oh, no! ¡Discúlpame a mí! —exclama rápidamente, retirando su mano del brazo al momento— ¿Lo curaron bien?

—Me lo curaron, pero la señora King no está totalmente capacitada para eso. Pero estoy segura que va a sanarse sin infección, ya he salido de heridas así antes —sonríe.

—No me quiero arriesgar —murmura para sí mismo luego de pensarlo vuelve a hablar— Ven te llevaré a la enfermería.

—¿No queda demasiado lejos? De ser así me niego a ser una molestia.

—No, es aquí en nuestra casa —responde amablemente— Además no eres ninguna molestia.

El señor Carter la dirige a una mansión hermosa, un jardín con arbustos restringiendo la entrada y una fuente que decora el centro del jardín. La casa es ridículamente enorme, de un color blanco con detalles dorados. Lujosa.

Toca la puerta y al abrirla se revela una gran cantidad de personas en fila que al pasar el señor Carter, recitan en coro un "Bienvenidos los estábamos esperando" haciendo sentir avergonzada a Aylen. Fuera de lugar.

Ambos se dirigen a una gigantesca escalera blanca con una alfombra roja en medio que luego se divide en otras dos escaleras como en media luna, una hacía la derecha y otra a la izquierda. Al llegar a la primera grada de la escalera se da la vuelta y ella hace lo mismo desconcertada, siguiendo sus pasos.

—Pueden levantar sus cabezas, ya he dicho que es demasiada formalidad —reprende sonriendo y las personas obedecen, regresando la sonrisa— Tengo el honor de presentarles a una nueva integrante de la casa Carter. Aylen Rivaille será a partir de ahora como mi hija además de ser la tutora de Ian, la respetarán y servirán con el mismo entusiasmo que a mi pequeño, ¿quedó claro?

—¡Sí, Señor! —grita la multitud y una mujer en sus cuarenta años se adelanta con un ramo considerablemente grande de rosas rojas. Se encamina hacia la nueva señorita y hace una pequeña reverencia— Todos estábamos esperando su llegada con ansias; Esto es de parte de todo el personal como muestra de cariño —sonriéndole extiende el ramo.

Su sonrisa le ilumina su rosto blanco y sus ojos cafés. Aylen le devuelve la sonrisa y hace igualmente una pequeña reverencia.

—Gracias a todos por su amabilidad —les sonrío y acepta el ramo que le tapa casi toda la visión— Espero cumplir sus expectativas.

Ellos aplauden y el señor Carter le toca suavemente el hombro, pidiéndole las rosas; Aylen se las entrega, al hacerlo siento una pequeña punzada en el brazo y hace una mueca.

—Bien, vuelvan a sus deberes —les ordena sonriendo— Leyla, ven con nosotros por favor.

La señora que anteriormente se les había acercado los sigue cuando empiezan a caminar hacia el lado izquierdo de la escalera; Para cuando llegan a una puerta hermosamente grande y la abre dejando a la vista un dormitorio enorme con una cama gigante con sábanas blancas, almohadas doradas y plateadas además de tener una especie de cortinas blancas enrolladas a los lados de la cama. Delicado.

Un pequeño sonido de admiración se escapa de sus pequeños boca y el señor sonríe.

—Veo que te gusta la habitación —observa. Aylen sonríe avergonzada— Bien ésta será tu habitación —lo mira sorprendida y él le sonríe— Cualquier cosa que quieras aquí hay un timbre, cerca de tú closet que cuando los suenes, vendrá alguien a ver que desea.

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