Capítulo 04. │OBTRUSIVE

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Una ligera curva tomó forma en los labios del pelirrojo bajo el naranja del atardecer sobre el parque, misma expresión que condujo a un serio aumento en la furia de la fémina.

—No sé de qué estás hablando, Stalker-chan.

—Por favor... —Kaori rodó sus ojos, demostrando lo desagradable que le parecía tener esa clase de conversación con él—. ¿Quieres dejar de actuar como si padecieras de alzheimer? —rugió.

«Tú la mataste, Akabane-kun...»

Karma intentó descifrar el significado oculto tras esa frase. Sin embargo, por más que trataba de buscar en lo más profundo de sus memorias, no pudo hallar una explicación para ello.

Algo se estaba escondiendo, y se negaba a revelarse.

El último recuerdo que tenía de Akiyama Kaori era uno de ella despidiéndose luego de haberle dicho que pronto se iría al extranjero por una larga temporada, quizás para siempre. ¿Alguna otra memoria después de eso? No. Absolutamente nada.

—¿Qué harías si dijera que al parecer sí padezco de alzheimer, que no encuentro registro alguno en mi mente que me ayude a comprender lo que estás diciendo y que en verdad necesito saber cuál fue el error que cometí, Stalker-chan? —preguntó en busca de comprensión.

En respuesta, la chica de cabello castaño rojizo posó la palma de su mano derecha justo frente al par de ojos color mercurio del contrario en un movimiento casi instantáneo.

—Miéntele a la mano, Akabane-kun —le dijo con voz amarga, viéndolo con desdén en su máximo estado de pureza.

Era impresionante; no importaba cuántas miradas venenosas le dedicara, tampoco el modo en el que le dirigía la palabra, mucho menos el odio que le transmitía a través de todos los medios que veía posibles.

El punto rojo no aflojaba en ningún momento la sonrisa en su rostro.

«Idiota.» Pensó ella, sin conocer todas las esperanzas y diversos motivos que traía consigo aquella sonrisa que el adolescente llevaba puesta desde el momento en el que volvieron a toparse esa misma mañana.

No supo muy bien la razón, pero algo en sus adentros le dijo que aquella curva endemoniada en los labios de Akabane, estaría presente durante un largo periodo de tiempo. Y eso la irritaba.

—¿Qué tengo que hacer para que tú y tu mano crean en mí? —cuestionó al mismo tiempo que daba un paso hacia atrás, creando la distancia suficiente como para que, utilizando la punta de su dedo índice derecho, trazara garabatos entre suaves movimientos sobre la palma de la nueva integrante de la clase E, la cual aún se mantenía frente a él.

Fue complicado para ella ignorar la extraña sensación que aquel acto le produjo. El –de cierta manera 'agradable'– hormigueo en su mano producto del leve tacto de Karma, bloqueó sus pensamientos durante unos breves instantes. El número uno de la clase notó el efecto que su acción ocasionó en Kaori, pero ella no tardó demasiado en volver a sus cabales y reaccionar, quitando su mano en un veloz movimiento.

«Aquí estás, Stalker-chan...»

—Estoy seguro de que la Stalker-chan que conocí cuando era niño se oculta en algún lugar dentro de ti —afirmó, fijando sus decisivos orbes sobre los de la joven a la vez que adentraba ambas manos dentro de sus bolsillos—. Tarde o temprano, voy a encontrarla. Y no dudaré en traerla de vuelta.

En medio de un semblante incierto, Kaori descendió y desvió la mirada hacia un costado, guardando silencio.

—Dime, ¿cometí en el pasado un error del cual debería retractarme? —preguntó él inclinándose hacia adelante, buscando la mirada de la chica siendo acompañado por la persistente curva en sus labios.

STALKERS │ Assassination Classroom 「Akabane Karma」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora