CAPÍTULO 4 ⭐️

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-¡Oh, vaya! ¡Qué hermosura te has conseguido!-dijo, sonriéndonos a ambos.

-Sí.-dijo Daniel, estúpidamente.

-¿Cuántos años tienes?-preguntó.

-19. Ella tiene 19.-dijo, nerviosamente.

-Están bien de edad. ¿Desde cuándo estás con ella? ¡No me has contado nada! 

-Desde hace nueve meses, pero no quería adelantar las cosas ni presionar a nadie. Así que creo que ahora sí se pueden conocer.

-¿Y tu madre lo sabe?

-No.-sonrió, dedicándome su mirada únicamente a mí.

-¡Oh! ¿Y tus padres, pequeña?

-No tengo padres.-dije, bajando la mirada.

-Perdona. Yo, en serio, lo siento.

-No pasa nada. Está bien.-forcé una sonrisa.

-Entonces, me imagino que si me la presentas-dijo, mirando a Daniel-, ya se acerca algo bueno, ¿no?

Más le vale a éste hombre que no hable de boda porque yo no estoy dispuesta a casarme a los 16, aunque él crea que tengo 19. 

-Por supuesto.-sonrió Daniel-¿No, amor?-me volvió a dedicar su mirada.

-Sí, así es.-respondí, fingiendo amor y ternura por Daniel.

-Bueno, ya luego quedaremos para que conozcas a la madre de Daniel y hablemos sobre esto. No les quito más tiempo, tienen que ir a su casa, ¿cierto?-le sonrió a su hijo.

-Claro.-respondió él. Me levanté de la silla.

-¡Cuídense!-agregó el padre de Daniel mientras besaba mi mejilla.

Daniel volvió a tomarme de la mano mientras salíamos de la oficina. Entramos al ascensor y lo solté de repente.

-¿Qué diablos fue eso?-pregunté, exaltada.-Daniel, si piensas que me casaré contigo, estás muy equivocado.-le advertí.

-Yo nunca dije eso.-dijo, nervioso.

Caminos hasta su oficina.

-Nos vamos.-me avisó, apagando la computadora.-¿Puedes llevarme esa carpeta?-preguntó, cogiendo un montón de papeles.

-Claro.-dije, cogiendo la carpeta.

Salimos del edificio y subimos a su coche.

-Me prometiste comprarme una computadora si me comportaba bien, y lo hice.-le reclamé.

-A eso vamos ahora.-respondió sin dejar de mirar el camino.

Llegamos a un Centro Comercial y me hizo elegir una computadora. Elegí una de distintos tonos de rosa.

Al llegar a la casa, Daniel dejó todo sobre la mesa y se tiró en un sillón. Yo, por mi parte, subí escaleras arriba para aprender a usar mi nueva computadora.

Luego de que coloqué la batería para cargarla 24 horas, como indicaban las instrucciones, bajé por algo de comida.

-Daniel, tengo hambre.-dije desde las escaleras.

-No sé qué podemos comer. Rosalie no está.-dijo mientras se levantaba del sillón. 

-Cocina tú.-terminé de bajar las escaleras.

-Cómo si yo supiera.-dijo, riendo-Cocina tú.

-No sé nada sobre cocinar.-reí-¿Por qué no intentamos cocinar los dos?

La bella y la bestia [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora