Jess
-—¿Qué haremos? No quiero que nos separen-me dijo preocupada Lucy.
—Yo tampoco quiero, ¿pero que podemos hacer? Ya oíste al profe—respondí molesta. Detesto estos trabajos donde no puedes elegir compañero. Nunca sabes con que te encontrarás.
—Pero... Pe...–algo la interrumpió. Los dos chicos guapos de hoy se encontraban en frente nuestro sonriéndonos. De cerca eran más lindos, sentía como mis mejillas comenzaban a arder.
—Hola, soy Dylan y el es Max– me quede muda. Ellos son nuestros compañeros.
La sonrisa de Dylan es la mas linda que vi en mi vida, y la forma en que me mira, hace que comience a derretirme por él. Solo espero no ser tan obvia, me daría mucha vergüenza que se diera cuenta.
—Bien solo queríamos decirle que estamos felices de ser sus compañeros...
Las manos comenzaron a sudarme, los chicos no son precisamente mi área de trabajo. El estar frente a ellos siempre me incómoda. Pero Dylan... Parece diferente, aunque sólo el tiempo me lo confirmará
Max no parecía muy amable, pero las apariencias pueden engañar ¿no?En especial cuando de Lucy se habla, por lo general le gustan los problemáticos.
Aunque hubiera querido ver la conversación entre ellos estaba distraída. Dylan, se ve tan sexy con esa chaqueta, y ese brillo de sus ojos que hace que me olvidé de todo. Parece tan fuerte, tan... Encantador.
-Tenemos que irnos, pero ¿las vemos luego?-Dylan no dejaba de verme. Me puse tan nerviosa que no pude hablar solo asentí despacio.
Me había perdido tanto en mi mente que sin notarlo la conversación la había pasado por alto.-Adiós-se despidió Max de Lucy. Ella solo lo miraba como intrigada. No sé si es bueno o malo, pero es algo.
—¿Que dijeron?–pregunté.
—Puras babosadas, Ademas...–me observó–. ¿Cómo pudiste no escuchar? Estaban justo en frente.
—Es que...–sonreí tímida–. Me distraje un poco...
Lucy enarco las cejas, su mirada acusatoria comenzó a molestarme.
—¡Ya no me mires así! Hasta parece que estoy en un interrogatorio.—Jess, sólo ve con cuidado. No sabes que hay detrás de esos bellos pómulos –su voz tierna y dulce, ablando mi corazón.
—O sea, ¿crees que tienen bellos pómulos?–bromeé. Ella enrojeció. Abrió tanto los ojos que en tres segundos descubrió que su propia boca la había traicionado.
Lucy
Sus últimas palabras no salian de mi mente.
"Adiós"
Su rostro cerca del mío, o dios, jamás me sentí así antes. ¿Quién se cree que es? Esta bien ser guapo, pero lo arruina con esa pedantería que se carga.
Max es misterioso, pero a la vez encantador. Algo narcisista, pero está lindo. Tenerlo tan cerca, poder sentir su perfume, ahh, es el aroma más rico que sentí en mi vida. Pero no me puedo enloquecer sólo por un par de ojos bonitos. Calma Lucy, ya sabes que idiotas sobran.
Jess y yo tomamos nuestras cosas. Avanzábamos hacia la salida. La emoción de mi amiga era hasta palpable.
—No puedo creer que casi pedimos que nos cambien de compañeros–Jess se hacia viento con las manos, como si intentará que su enrojecimiento terminara al fin.
—Ya sé.
Los pasillos arrastraban gente de un lado a otro. No tuvimos que caminar mucho, para que el pequeño momento de ¿seducción? Quedara atrás, pues ahora algo en verdad feo estaba pasando.
Marcie, la porrista flacucha, estaba afuera con su séquito de clones. A penas nos vieron todas dirigieron sus miradas a nosotras.-—¿Ya es hora de pastar chicas?–nos preguntó poniendo su mano en la cintura. Sus clones la imitaron. ¿Es que esas chicas no conocen la personalidad?
—No sé–respondí altiva–¿Por qué no me dices tú la hora? Ah noo, se me olvidó que no sabes contar.
Ella me lanzó una mirada asesina. Se acercaron a nosotras. Nos rodearon. Marcie dio un paso adelante quedando en frente de Jess y mío.
—Ustedes no deberían estar aquí–me miró, luego deslizó la vista hacia a Jess–deberían estar en los chiqueros de alguna granja, es ahí donde pertenecen, junto con sus parientes los chanchos–terminó de decir eso y luego empujó a Jess provocando que cayera al suelo. Cada palabra que había soltado sólo emanaba desdén y veneno, lo que es obvio, si la consideramos una víbora.
—¿Cuál es tu problema? Tanto tinte en el cabello ya te llegó al cerebro ¿o qué?–la agredí verbalmente sin pensarlo mucho. No iba a permitir que nos humillaran.
Todas rieron. Ninguna respondió. Era como si mis palabras no les importaran en lo más mínimo. Después se alejaron victoriosas. Ayude a mi amiga a levantarse, pero al estar de pie salió corriendo. Me sentí tan mal al ver así.
Jess siempre ha sido más vulnerable, aunque lo intenta, le cuesta defenderse. Y Marcie lo notó. Solo espero que no empiece a agarrarselas contra ella.
La seguí lo más rápido que pude. Pero por dentro sólo pensaba en las palabras que le diría a mi amiga para consolarla. Espero que entienda que las opiniones de personas como Marcie, son las que menos no deben importar.
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Gracias por leer :)
Les mando muchos besos ;-)
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¿Enamorados De Las Gordas? (Completa En Dreame)
Teen FictionDos chicos, dos chicas, una apuesta y un amor inesperado. Dylan y Max son los chicos más populares de toda la secundaria, son sexies, inteligentes, deportistas y muy guapos. Ambos disfrutan de su popularidad yendo a fiestas, saliendo con porristas...