Max
Apuramos el paso. Los pasillos están abarrotados, y no tenemos tiempo que perder.
-No puedo creer que se lo creyeran–reí.
—Sí, te dije que funcionaria–Dylan elevó ambas cejas–. Ves, siempre tengo razón.
—Ok lo admito–llevé las manos a la altura de mis hombros–. Tenías razón.
—Hay que apurarnos, al entrenador no le gusta que lleguemos tarde.
—Cierto. La última vez casi me quedo sin piernas de tanto correr...
—Pero...–me interrumpió Dylan–. ¿Acaso no valió la pena?
Sonreí de forma pícara, recordando la sesión de besos que nos había retardado.
—Valió cada segundo–Dylan imitó mi gesto. Ese día si había estado bueno, a diferencia de hoy...
Caminamos más rápido para que el entrenador no nos regañara. Seguimos así hasta llegar al campo.
Todos nuestros compañeros ya estaban preparándose en los vestidores. Corrimos para que el señor Cooper no nos viera, sino nos obligaría a dar 10 vueltas más que a los demás.—Al fin–dijo Drew increpandonos mientras nos vestíamos–. ¿Dónde estaban?
—Larga historia, ¿Por qué?–respondió Dylan acercándose a su casillero por una remera.
—Los buscaba.
—¿A nosotros? ¿Para qué?-rebatí desconcertado.
—Les tengo una nueva apuesta–lo miramos fijo, algo curiosos.
—¿Quieres perder aún, más dinero esta semana?–solté sarcástico
—No. ¿Conocen a las nuevas?-levantó una ceja.
—Tal vez–agregó Dylan. Esto se ponía más interesante.
—Les apuesto a que no pueden ser sus novios por dos meses... ENTEROS–enfatizó soberbio y altanero.
Dylan y yo intercambiamos miradas. Debe estar jugando. Él no nos puede pedir que salgamos con ellas, o peor que seamos sus... Novios.
Hasta decirlo me provoca escalofríos.
Además no es que sean horribles, pero son... gordas. Dylan y yo somos muy selectivos a la hora de una novia.
Pedirnos eso seria dejarnos en ridículo ante todos los demás. Además en un colegio como este la reputación lo es todo.—Entonces... ¿Aceptan o tienen miedo?–nos apuró.
—¿Qué ganamos con esto?–preguntó Dylan frunciendo el seño.
—Que les parece...–fingió pensar–. ¿2.000 dolares? Mil por cada una, claro eso solo si soportan hasta el final–ofreció Drew.
El dinero nos caería bien, pero el precio es demasiado caro. Si salgo con esas chicas Sky no volverá a hablarme, ¿Estoy dispuesto a...
—Aceptamos–le escuche decir a Dylan determinado. No había terminado de analizarlo, y él ya lo había decido todo.
No,no,no. Él no lo dijo. ¿Debí escuchar mal? Si de seguro.
Lo mire. Él solo sonrió descaradamente. No estaba bromeando.—Bien, recuerden... dos meses de NOVIOS–volvió a enfatizar–. Y no cuenta la parte del "cortejo" ¿entendido?.
—Entendido–respondió D.
Drew salió al campo de juego detrás de los demás. Pero se detuvo antes de cruzar la puerta.
—Por cierto, no se olviden de la fiesta en la noche... Les tengo una pequeña sorpresa.
Quedé intrigado. Con Drew y su familia, nunca se sabe. Eso lo sé por experiencia.
Confronté a Dylan cuando nos quedamos solos.
—Dime que era una farsa–exigí.
—Claro que no–negó con la cabeza–es en serio.
—Somos amigos, pero también tengo ojos, no puedes pedirme que conquiste a una gorda en lugar de a Sky–dije nervioso. A él pareció divertirle mi comentario.
—Son dos mil dólares–gritó–. Además, ¿acaso quieres quedar como un cobarde con Drew y el resto del equipo?
—Claro que no.
—Entonces acepta, y quien sabes quizás hasta te diviertas con la gordita–lo último fue obviamente sarcástico.
Salió corriendo tras los otros. Me dejó ahí, solo con mis pensamientos.
Tal vez Dylan tenga razón, además no quiero quedar como cobarde.
¿Qué mas da? Voy aceptar. Total la gordas no están tan feas. Puedo soportar un mes besándola.Inicié el camino al campo, cuando percibí que el casillero de Drew quedó mal cerrado. Un pedazo de tela sobresalía de él. Lo abrí, acomodé la camiseta, pero antes de cerrarlo noté la foto de su hermana en el fondo. Un sentimiento amargo, no hizo más que empeorar mi día. Lo cerré con fuerza y me apresuré a salir.
Lucy
—Jess–golpeé incesante la puerta–. Abre. No dejes que Marcie y su séquito ganen, demuestrale que eres fuerte–grité.
—Dejame-dijo entre sollozos.
—Bien–respondí enojada–. Sigue llorando, pero recuerda lo que me dijiste "No dejare que nadie vuelva a burlarse de nosotras". ¿Dónde quedó esa Jess?
Me alejé y caminé hasta la salida. Abrí la puerta pero me quede esperando.
—Lucy espera–dijo saliendo del baño.
—Dime–elevé ambas cejas.
Bajó la mirada unos segundos, luego la levantó–. Tienes razón, ya no me dejare...–secó sus lágrimas con las manos.
Sonreí. Al fin lo entendió. Menos mal, porque ya no tenía mas ideas.
—Entonces, ven vámonos. Todavía tenemos clases–Jess me dio una pequeña risa. Se arregló un poco y después salimos.
—Tal vez hasta nos encontremos con nuestros guapísimos y sexys compañeros por ahí–agregué juguetonamente.
Ella sonrió tímida.
—Tengo entendido que juegan fútbol. Tal vez...
—¿Cómo sabes eso?–interrumpí sorprendida.
—Una se entera de cosas escuchando a las otras chicas murmurar...
—Mírala–reí. —Tan frágil que parece, pero tiene información de detective.
Ambas reímos. Ese mal momento ya había quedado atrás. Pero aunque se volviera a repetir, las consecuencias ya no serían las mismas.
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Les mando un beso.
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¿Enamorados De Las Gordas? (Completa En Dreame)
Novela JuvenilDos chicos, dos chicas, una apuesta y un amor inesperado. Dylan y Max son los chicos más populares de toda la secundaria, son sexies, inteligentes, deportistas y muy guapos. Ambos disfrutan de su popularidad yendo a fiestas, saliendo con porristas...