¿Enamorados De Las Gordas? (Completa En Dreame)

Capítulo 3

Dylan

Miré a Max con mi peor cara de disgusto. Él abrió los ojos como platos al escuchar el nombre de su compañera.

No lo podíamos creer.

Nos tocaron las gordas como compañeras. O eso creíamos, pues nunca habíamos escuchado esos nombres antes en esta clase. Se suponía que Marcie estaría conmigo, no con el nerd de la clase.

¿Qué se supone que hagamos ahora? Si los chicos del fut se enteran no dejaran de burlarse de nosotros. De tantas chicas que hay en el curso ¿justo debían tocarnos ellas? ¿Es una broma? Parecía una mala jugada que nos estaba haciendo un bromista desde el más allá.

-¿Qué haremos? no quiero pasar mi tiempo con miss hipopótamo- Max endurecio la mandíbula rígida.

-¿Y crees que yo si? Ya escuchaste, no podemos hacer nada.

Golpeó la mesa con el puño. Desahogando su frustración. ¿Quien podría culparlo?

Aunque pensándolo mejor, tal vez no sea todo negativo. Podríamos aprovechar esto. Una pequeña idea surco mi mente.

-Hey Max-susurré.

-¡¿Qué?!

-Tengo una idea-él se acercó más-. Estoy seguro de que nosotros les gustaremos-señale hacia las gorditas.

-¿Y?-dijo algo irritado. Es mi mejor amigo y todavía no capta lo que trato de decirle. No puedo creerlo. Es que es incapaz de oler lo bueno aunque lo tenga enfrente.

Rodé los ojos.
-Podríamos arreglarnoslas para que ellas hagan el trabajo y así nosotros podremos pasar tiempo con las chicas ¿comprendes?

Se quedó pensativo un momento antes de emitir palabra. y

Bufó. Solo eso vasto para viera que si entendió. Chocamos puños. Un nuevo plan estaba en marcha. El que sean nuestras compañeras al menos nos serviría para algo.

*40 minutos después*

-Bien hasta la próxima clase-dijo el profesor Stanton tomando sus libros y encaminándose hacia la salida.

Le dí un pequeño codazo a Max, quien estaba muy entusiasmado hablando con Skyler y por cierto no le agrado mucho que lo molestase en ese momento. Me miró. Le señale a las gorditas. Él asintió.

-Nos vemos esta noche ¿Ok?-le dijo cariñoso a Skyler mientras le acomodaba un mechón rebelde tras la oreja.

Lo admito, cada día me sorprenden más sus dotes de galán. Bueno, por algo somos amigos. Pensar que si tres años atrás ni sabía de su existencia. Pero... Zoe se encargó de eso.

Ella le sonrío provocadoramente y luego se despidió.

-¿Listo?-pregunté ansioso.

-Nunca estaré listo por completo para esto-respondió pasando una mano por su cabello y acomodándose la chaqueta.

-Ni para Skyler te arreglas así-sonreí-. Si que quieres impresionar a la gordita.

-Ja ja ja-rió sarcásticamente-. Pues tú-me apuntó-, deberías hacer lo mismo.

-No gracias, yo no lo necesito-arremangué las mangas de mi campera-. Ok, es hora.

-Está bien. Sólo no me presiones demasiado, sabes que odio que me apresuren en las cosas que detesto hacer.

-Que dramático eres-agregué burlón -. Hasta parece que vas a la guerra.

A él no le agradó mucho mi comentario. Pero es divertido molestarlo.

Nos acercamos a las gordas con nuestras mejores sonrisas seductoras. Ellas no nos notaron hasta que estábamos en frente de ambas.

Mirándolas bien, no eran taaan feas. Si no fueran gordas hasta serían atractivas.

La de la derecha, la rubia se notaba más extrovertida que su amiga de cabello oscuro. Pero los ojos celestes de la otra fueron los que que captaron mi atención. Parecían dos lagunas de lo claros que eran. La verdad hasta tiene un sonrisa bastante bonita.

Me detuve un rato a analizar mis pensamientos. ¿Qué demonios pasaba conmigo? Parpadee un par de veces antes de continuar. Max por otro lado estaba esperando algo ansioso y molesto. Mala combinación.

Miré a la de pelo castaño directo a los ojos. Noté que se puso muy nerviosa. Se enderezó buscando apartar mi vista, reí.
Creo que se encontraba sorprendida y emocionada. El mismo efecto que causo en todas las mujeres. Pero en ella, admito que se ve bastante adorable. En definitiva, no hay quien se me resista. Eso lo sé hace mucho.

-Hola-intercale mi vista entre ambas-. Soy Dylan y el es Max.

No dijeron nada, se quedaron mudas. Mire a mi amigo. Ambos intercambiamos una mirada divertida. No era la primera vez que dos chicas se ponen tan nerviosas con nosotros que ni siquiera sueltan una palabra. Nos pasaba más seguido de lo que uno podría imaginar.

-Bien, solo queríamos decirle que estamos felices de ser sus compañeros-mi labio se curvo en una pequeña risa-. Porque... ¿Ustedes son Jess y Lucy verdad? Ya veo que nos equivocamos y estamos quedando como tontos-. Una sonrisa tierna es lo que necesita una chica para confiar en hablarte. Y el hacerme el dulce lo controlo bastante. Mi comentario les divirtió, aunque a mi amigo le pareció ridículo. Se notaba en su expresión.

-Tranquilos, no se equivocaron -la castaña respondió algo colorada.

Le di un pequeño golpe a Max.
-Sí eso... Estamos emocionados por trabajar con ustedes.

-¿En serio?-preguntó algo desconfiada la rubia.

Max se acercó a ella quedando solo a centímetros de su rostro.

-En serio-le aseguró. Ella le dio una tímida sonrisa en respuesta a su gesto. Se notaba que la rubia seria más complicada, pero en realidad no me sorprende que haya recurrido a ponerse justo frente a ella para tranquilizarla un poco. Eso siempre descoloca a las chicas.
-Tenemos que irnos, pero ¿las vemos luego?-me dirigí a la de pelo castaño.

Asintió despacio.

-Adiós-le dijo Max a la rubia de forma provocadora. Ella solo lo miró.

Avanzamos unos pasos. Todo salió mejor de lo que esperaba.
Esperamos hasta salir del salón para chocar puños con Max.
Este día no fue tan horrible, después de todo esta noche veremos a Marcie y Sky, y sin querer encontramos quien nos haga el trabajo. ¿Qué mas podemos pedir?.

-¿Le dijiste a las chicas que llegaremos un poco tarde en la noche?-agregué mientras caminábamos.

-Claro, sabes que tengo buena memoria-sonó algo agresivo-. No me olvido ni de donde queda el café mas lejano y me voy a olvidar de eso.

-Bueno... Sólo decía.

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