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Este capítulo no tiene P.O.V.
(es decir, hay un narrador omnisciente)

Al día siguiente Marina se presentó en la pizzería, puntual y lista para su nuevo trabajo. 

Como no sabía si tendría que vestir algo específico, se puso una camisa blanca con el cuello negro y una falda de cintura alta, que le llegaba a la mitad de los muslos. Lo combinó con unas bailarinas negras y empezó a peinarse y a maquillarse. 

Se alisó el pelo, dejándolo caer elegantemente sobre sus hombros, y realizó su maquillaje como siempre lo hacía: minimalista, pero sin olvidarse su "firma" en forma de corazón bajo su ojo. Cuando creyó que estaba decente, agarró su móvil y sus llaves y se dirigió hacia la tienda de pizza.

Cuando llegó vio a Lana de pie, hablando con un hombre, detrás del mostrador, que parecía bastante nervioso con la conversación.

— ¿Lana? 

Lana la miró y le sonrió. 

— Hey Marina 

Ella salió de detrás del mostrador, le dio un abrazo rápido, y la agarró de la mano para llevarla hasta el hombre que llevaba puesto un chándal azul y un pañuelo atado sobre su frente, cubriendo ligeramente su pelo con rastas.

— Marco, esta es Marina. La contraté ayer.— dijo Lana— Nos puede ayudar bastante.

Marco miró a Marina de arriba a abajo, lo que le hizo sentirse un poco incómoda; pero con su personalidad tímida y callada, ella no dijo nada, y sólo le dedicó una pequeña sonrisa.

— Encantado de conocerte, Marina. — dijo él, y extendió su callosa y áspera mano hacia Marina, para darse un apretón, y ella, de nuevo, le devolvió una pequeña sonrisa.

— Encantada de conocerte también, Marco. 

  Él miró a Marina y luego a Lana antes de volver a hablar.

  — Tengo algunos asuntos que atender, pero ha sido un placer conocerte. Lana, ¿podrías vigilar la tienda?

Lana asintió, y las dos chicas lo vieron marchar, con otros tres hombres detrás de él. Marina bajó la mirada a sus pies y luego la alzó hacia Lana, que ya estaba mirando fijamente a la chica más baja. Marina pudo sentir cómo se enrojecían sus mejillas.

— ¿Estás emocionada? —preguntó Lana.

— Hm. Sí. — respondió Marina, sintiéndose un poco rara al oír el sonido de la voz de Lana. No sentí esto ayer.

— Bien — dijo Lana, dando una palmada con las dos manos.— vamos a empezar. 

Gángster: Larina (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora