Capítulo 9

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Narra Doug

Mi mente comenzó a imaginar cosas horribles que podría llegar a hacerle a August... No, Doug, calmate, vas a asustar a Ámbar...

¡Aunque quisiera matarlo! ¿Cómo se atreve a tocarla? Es sólo su terapeuta, no su amigo.

Y Ámbar... ¿Por qué no vino a llorar conmigo? ¿A contarme lo que le sucedía? ¿Será que hice algo mal y por eso no quiso contarme? No, no creo, me lo hubiese dicho... Tal vez solo quiso desahogarse con alguien aparte de mi. Puede que necesite más gente en su vida que la apoye. No se que pensar, sinceramente.

Verlos ahí, abrazandose, ella llorando en sus brazos, él acariciando su cabello... Enfermé en celos. La amo y confío en ella pero no soporto que se le acerque nadie de esa manera que no sea yo. Iba a enloquecer si no me daban una buena explicación.

-Lo diré una vez más, y espero que me digan la verdad... ¿Qué está pasando aquí?

-¡Doug! ¡Amigo mio!-dijo August extendiendo su mano para estrecharla, pero no correspondi- Entiendo... Estábamos conversando acerca de Scott, tu sabes, su ex... Quería que superase su trauma más reciente para que pudiesemos trabajar en los pasados, pero no soportó hablar del tema, está muy lastimada.

-Ámbar... ¿Es cierto lo que me está diciendo? ¿No me están ocultando nada? -dije mirándola fijamente.

-Es cierto Doug, no te alteres por favor-dijo corriendo a mis brazos.

En ese instante afloje mis puños y devolví el abrazo, acariciando su cabello y envolviendola para que se sintiese segura. Me sentí completo nuevamente en el instante en que hicimos contacto, y ella se fundió sollozando.

-Quiero que sepas que si tienes un problema lo podemos hablar y te ayudaré en lo que necesites, porque eres mi vida entera y si tu caes yo caigo, y créeme que si a ti te duele, a mi el doble: por un lado porque a ti te duele y también por la caída, y por otro porque quiero ayudar a levantarte, a que pongas la frente en alto y sigas adelante.

-Eres lo más bello que me pasó Doug, de verdad gracias.-dijo con la poca voz que le quedaba después de tanto llorar.

La solté suavemente y me dirigí a August.

-Oye, gracias y perdona mi enojo-dije rascando mi cabeza.

-Tranquilo, ven aquí- dijo y nos dimos un pequeño abrazo haciendo las pases.

-Nos debemos ir pero gracias por todo August.-dijo Ámbar con una gran sonrisa.

-No hay de que, vayan tranquilos.

-Nos vemos.-dijeron al unísono y cada uno fue por su lado.

Narra Ámbar

Llegamos a casa y almorzamos. Como no tenía ánimos para cocinar, tomamos sopa instantánea. Doug me pidió que subiese, que prepararia algo para mi, y me dijo que me pusiera bonita. Yo, por mi parte, aproveché a dormir un poco.

Al despertarme vi el reloj y para mi sorpresa era de noche. Dormí todo el día, algo que amo hacer pero con los desvelos en la noche, más estudiar para la universidad es imposible dormir tanto.

Me levanté y mientras me duchaba puse "Good for you" de Selena Gómez en el celular. Luego de la ducha, me envolvi en una toalla y fui a mi cuarto en busca de algo bonito.  Encontré un vestido negro ajustado de tirantes que me llegaba por debajo de la rodilla, simple pero elegante, y unos tacones aguja negros. Me coloqué un poco de perfume y maquillaje. Recogí mi cabello en un moño y coloqué un broche de oro en mi cabello. Tomé un collar de perlas que me regaló mi madre cuando era pequeña, unos pendientes y una pulsera que combinaban y el anillo que me dio mi abuela antes de partir.

Caminé rápidamente a las escaleras y vi todo el lugar oscuro, sólo había un camino de velas pequeñas a lo largo de la escalera alumbrando donde pisaba, y ese camino me llevaba a la mesa, que estaba adornada con un ramo de rosas rojas, más velas y pétalos de flores, la vajilla para ocasiones especiales y un mantel color marfil. Todo se veía romántico y hermoso. El mayor detalle que nadie jamás tuvo conmigo.

Mientras contemplaba la belleza de la sorpresa, apareció lo más bello del lugar: él. Estaba vestido con un traje negro, camisa blanca y corbata negra. Parecía un modelo. Todo le sentaba bien a su físico.

Se acercó a mi, tomó mi mano suavemente y la besó. Yo me sonroje y sonreí ampliamente. Extendió su mano invitandome a sentar en una de las sillas y me ayudó a sentar. Prendió el botón de su chaqueta y se sentó frente a mi.

Nos quedamos mirando por varios minutos y luego se levantó a encender la música. Sonaba "Thinking Out Loud" de Ed Sheeran y corrió a tomar mi mano para sacarme a bailar. Mientras nos moviamos al compás de la música yo respiraba el aroma que provenía de su cuello. Su olor varonil me enloqueció. Era la droga que no quería dejar de tener a mi lado nunca.

En un momento se detuvo y se arrodilló frente a mi, sacó de su bolsillo una cajita y me la entregó. Cuando la abrí tenía un brazalete bellísimo, con pequeñas incrustaciones de diamantes. Mis ojos brillaron de la hermosura del regalo y el pareció notarlo.

-Es el brazalete que le dio mi abuelo a mi abuela cuando le propuso matrimonio, mi padre se lo dio a mi madre como regalo de compromiso, y yo quiero dartelo a ti, y hacerte una pregunta que hace tiempo quiero hacerte... ¿Quieres ser mi novia?

En ese instante me arrodille también, tomé con mis manos sus mejillas y junte nuestras frentes para susurrar "sí". Pronto mi sonrisa quedó sobre la suya en un beso tierno y nos abrazamos. El me ayudó a levantarme y me llevó de nuevo a la mesa para poder cenar.

Hablamos de muchas cosas durante la cena, sobre todo de anécdotas familiares, de nuestros amigos, de fiestas de cumpleaños, campamentos escolares y familiares...

En fin, estuvimos hasta la 1am hablando, y luego cada uno fue a su dormitorio. Tomé mi teléfono y me dirigí a su cuarto. Nos tomamos una foto y él me ofreció dormir en su dormitorio. Sentí que no era buena idea pero acepté y nos acostamos abrazados, soñando con el otro y durmiendo felices. Por fin eramos felices, juntos.

Amor En Tiempos Difíciles -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora