Diosa y Ama

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El dia siguiente ya traíamos uniformes, Liliana llevaba puestas sus calcetas largas con unas flats negras con un moño negro, mientras que Ana traía sus calcetas largas con unas flats negras con un moño un tanto diferente al que llevaban las flats de Liliana. Todos nos sentamos y Ana subió sus flats de la misma manera, me voltié y le quite sus flats, y me puse a masajearle sus pies con calcetas.

Ana: ¿Con calcetas?, así no tiene chiste. Quítamelas.

Le quité sus calcetas y ahora si continué masajeando sus pies. De nuevo tuvimos suerte de que ningún maestro se enteraba.

Tocó el timbre del primer descanso.

Ana: Vuelveme a poner las calcetas y las flats, rápido que se pasa el tiempo del recreo, también te toca masajearlos ahí.

Y me tronó los dedos para que me apurase. Le puse sus calcetas y sus flats y Liliana, Ana y yo nos fuimos a donde siempre me voy, solo que esta vez ellas se sentaron y yo me arrodillé delante de ellas mientras cruzaban sus piernas.

Ana: Ahora si, quitame todo de nuevo.

Le quité sus flats y sus calcetas.

Ana: Ya pareces nuestro esclavo, ¿No crees? Haber huélelos, huélelos.

Y me puso los pies en la nariz. Yo le quité los pies, aunque claro que disfruté del olor.

Ana: La verdad es que Liliana ya me había dicho que eras su esclavo. Y ahora mismo, ya tienes 2 amas.

Eric: Pero dijiste que no lo dirías.

Liliana: Corección, dije que no le diría a todos. Nunca dije que no le diría a Ana.

Ana: Ahora obedece a lo que te dije. Huélelos.

Me volvió a poner los pies en la cara, pero esta vez no los quite, de hecho, los empecé a oler.

Ana: Muy bien, muy bien esclavo... ¡Abre la boca!

Me quitó su pie de la cara y abrí la boca.

Ana escupió dentro de mi boca.

Ana: ¡Trága mi saliva!

Tragé su saliva.

Ana: Agradeceme.

Eric: Gracias Ama Ana.

Ana: Pásame una de mis flats ¡y ya, rápido!

Ana me tronó los dedos para que me apuráse. Yo le di una de sus flats. Ana la lanzó atrás de la jardinera.

Ana: ¡Tráela gateando!

Eric: ¡Sí Ama Ana!

Fuí gateando por la flat y con la boca la tomé de atrás y la llevé de nuevo enfrente de Ana para posteriormente dársela.

Liliana: Ya casi toca el timbre, será mejor irnos preparando.

Ana: Tienes razón, ¡Esclavo! Ponme de nuevo las flats y las calcetas.

Eric: Sí Ama Ana.

Le puse las calcetas en cada uno de sus pies para después ponerle cuidadósamente las flats, metiendo el dedo en las flats para ayudar a meterlas.

Liliana: Mientras toca el timbre, ¡Limpianos las suelas de nuestras flats!

Eric: Sí mi Diosa Liliana.

Les empecé a limpiar con la lengua la suela de las flats hasta que tocó el timbre.

Ana: Vámonos, ayúdanos a bajar.

Ambas me alzaron la mano y yo arrodilado se las tomé para que bajaran.

Nos regresamos al salón.

Ya en el salón Liliana se sentó atras de mi y Ana en el banco de a lado. Liliana subió sus pies en el respaldo de mi banco y con una de sus flats me dio un golpe en la espalda, yo sabía que quería que le masajeara los pies, así que me voltié, le quité sus flats y sus calcetas y empecé a masajearle los pies por el resto del dia.

Al final del dia, cuando tocó el timbre de la salida le puse las calcetas y las flats a Liliana rápidamente para después agarrar mi mopchila y salir.

LilianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora