Gato callejero ✄ Vkook

VI

Después del baño matutino y del paso con el secador, entra a su habitación y observa por la ventana aquel brillo singular proveniente de su visitante nocturno, era interesante cada aventura y experiencia que contaba, aquellos momentos que se puede realizar fuera de esas paredes le tentaba pero no envidiaba, y aunque a veces llega a parecerle muy hablador, su presencia no le llegaba a incomodar, incluso ya anhelaba con que cuento le iba intentar convencer cada noche.

¡Qué gato callejero para más despreocupado!

¿qué acaso nadie se ocupa de ti?

TaeHyung no dejaba de sonreír pese a todo lo que le decía JungKook, tenía razón desde su punto de vista, la vida de afuera era dura. Las personas en la mayoría no eran amables y muchos no le gustaban los gatos, los carros no respetaban ni a las personas ¿cómo iban a ser cuidadosos con alguien de su especie? La comida escaseaba y había días en que pasaba hambre y anhelaba un techo en el que cobijarse. Pero aún no iba a rendirse, quisiera llevarlo a pasear por aquellos campos de aire fresco, llevarlo a aquella tienda cuyo dueño siempre que lo ve, le da de su deliciosa comida, aquella abuelita que lo llama con dulzura para que tome leche y darle unos mimos.

—Incluso esa parte terca me parece tan atractiva— soltó de repente —Me gusta cuando me replicas y te muestras sincero — TaeHyung cada vez gustaba más de él, nunca se callaba respecto a lo que pensaba. —Parece ser que no hay nada que me desagrade de ti ¿sabes que intento cortejarte?— le dijo al fin con otra de sus sonrisas amplias.

Muchas veces le decían a JungKook que uno de sus grandes defectos era su lengua filosa, que por eso no tenía ningún amigo gatuno, por ello le alegraba que TaeHyung no se alejara de él .

—¡Qué sinceridad la tuya!— le dio uno de sus pestañeos coquetos pero tenía que hacerse un poco el difícil para aceptarlo, un poquito más al menos —Lo lamento TaeHyung, pero no puedes influir en mi corazón—

—Yo tengo muchos sueños JungKook, hay tantos en realidad — TaeHyung a veces cambiaba el tema de conversación de la misma forma que Jimin cambia los canales de televisión, de forma abrupta y sin antecedentes. Por eso las conversaciones con él llegaban a ser largas —Uno por ejemplo es escapar de esta ciudad algún día ¿no te gustaría ir a un lugar lejano? ¿dónde nadie te conozca? — el tono infantil en que lo decía siempre sacaba sonrisas al de pelaje claro. —Oí a un humano decir que las auroras boreales son hermosas, que es algo que debes ver antes de morir ¡me encantaría ir algún día! Y si vendrías conmigo, sería tan maravilloso ¡podría morir en paz! —