Capitulo 17

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Me despierto sobresaltada. Intento calmar mi respitacion, me levanto en silencio, intentando no despertar a Sam. Me ducho y me dirijo a la cocina, sonrio aliviada cuando noto que alguien ya limpio los restos de vidrios del vaso que ayer se me resbaló de las manos. Lo que me recuerda algo: mi padre. Siento un dolor en mi pecho y respiro para no llorar de nuevo. Odiaba la sensacion que se siente al llorar, odiaba sentirme debil, por eso aprendi defensa propia, por eso le habia insistido tanto a Sam para que me enseñara como defenderme. Sonrio al recordar lo cansada que terminaba luego de los entrenamientos y la mirada de mis sobrinas al verme tirarme al cesped agotada y sudada.
Con una taza de cafe en la mano, camino lentamente hacia la casa de Thomas, entro casi de manera silenciosa y le dedico una leve sonrisa a Malia cuando la veo atenta a quien se encontraba entrando a la casa, aunque las niñas solian despertarse casi ultimas, ella siempre se despertaba primera.

-- Buen dia señorita! -- dice amable -- Que la trae por ahi tan temprano? Esta todo en orden?
-- Buen dia Malia! -- saludo abrazandola, aunque era un completa desconocida al principio siempre me brindo su mayor atencion y es como una madre para mis sobrinas, ademas de compartir los entrenamientos conmigo, y ahora luego de unos meses era como una amiga para mi, aunque ella insistia en tratar a todos de usted ... -- Honestamente, queria hablar con Thomas, pero al percatarme de que esta toda silenciosa la casa, imagino que aun duerme, verdad?
-- El señor no ha descansado en toda la noche, a mitad de la madrugada me levante a tomar un vaso de leche tibia porque no podia conciliar el sueño y lo encuentré en su despacho mirando su escritorio. Casi me mori del susto -- rio ante su exageracion -- esta preocupado, lo noto, se encuentra tenso la mayor parte del tiempo, no quiere que las niñas esten mucho tiempo en el jardin, ni que los guardias salgan del terreno. Disculpe mi indicrecion señorita Alejandra, pero ocurre algo malo?
-- Ay Malia! -- digo suspirando -- ocurre que nuestro apellido es peligroso. Y la mayoria de las veces, los pecados del padre recaen en sus hijos. Aunque el padre no lo desee. Eso pasa en nuestra familia. Mi padre es poderoso, no es un santo Malia no lo voy a negar, tiene poder, jamas nos falto nada, jamas hicimos preguntas hasta que mi madre falleció, nuestro padre nos ocultaba cosas, quien sabe si aun no nos sigue ocultando cosas, pero a diferencia de Thomas, yo tengo que continuar con el legado familiar, aunque eso me pese. La muerte de mi madre, la huida de Thomas, el establecerse aqui con una vida nueva, mi secuestro, las cicatrices que Sam y yo tenemos, y no solo las fisicas Malia, todas son consecuencias de nuestro apellido. Y lo digo literalmente. Mi padre para alcanzar el poder, molesto a muchas personas y ahora quieren venganza.
-- El señor Thomas quiere que la madre de las niñas vuelva -- suelta ella mirando el suelo.
-- Y tu que piensas de eso? -- pregunte curiosa, al fin y al cabo, ella era como una madre para mis nenas.
-- No la quiero aqui, no la quiero cerca de mis niñas. Cuando uno ama, señorita, se vuelve vulnerable, debil, y el ser amado se convierte en nuestra mayor debilidad. Usted deberia saberlo, para querer hacerle daño a su padre, usted fue secuestrada. No quiero que las niñas esten en el medio de esa tormenta.
-- Opino igual que tu Malia, pero eso es algo que decide Thomas. Deberias hablar con él, al fin y al cabo, tu conoces a las niñas mejor que nadie.
-- Señorita, disculpeme, no le ofreci nada para desayunar, nos hemos puesto a conversar sin ofrecerle nada. Mis disculpas.
-- Ay cariño, -- dijo riendo -- no te preocupes mujer, no eres mi empleada, no tienes que servirme.
-- Buenos dias, mis bellas chicas. -- saluda mi hermano bajando las escaleras, -- Ale veo que no has descansado nada, Malia, como estas?
-- Muy bien señor, -- responde mi acompañante -- desea algo de desayunar?
-- Solo un café, por favor. -- dice mi hermano sin dejar de mirarla. Esa mirada... -- Ale, que te trae por aqui? -- espero a que Malia vaya a la cocina y le respondo
-- Que rayos te sucede? Por que no se lo dices?
-- De que hablas? -- dice mi hermano con los ojos abiertos y sin entenderme
-- Te conozco Tom, tu mirada. Sientes algo por Malia. -- le susurro y el rie
-- Obviamente que siento algo por ella, cuida a mia niñas como si fuesen sus hijas, fue una fiel compañera desde que llegue aqui. -- dice sin ocultar su diversion, niego divertida, pobre mi hermano.

Cuando me dispongo a replicar su respuesta, la puerta se abre, una mujer rubia se abre paso sonriente.

-- Hola cariño, te he extrañado, donde estan las niñas?
-- No puede ser -- susurra Malia bastante alto cuando sale de la cocina, se queda palida e inmovil. Y lo comprendo todo. Maldicion, no puede ser cierto. Ella no puede ser...
-- Vanessa -- dice mi hermano y le dirijo una mirada asesina.

La Hija de Mi Jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora