"Al perecer seguía dormida, ya que distintos recuerdos no dejaban de llegar a mi mente, mis memorias me estaban torturando, más que un sueño, parecía una pesadilla..."
"Mi madre me despertó temprano, era hora de ir a la escuela, estaba en segundo grado de secundaria, estaba feliz por llegar, ya que así podría estar con mis amigos, además de estar al lado del niño que me gusta, pero parece que el solo me ve como una amiga..."
"Era tercero de secundaria, mi autoestima iba decayendo, empezaba a sentirme fea, gorda, horrenda, ya no me quería a mí misma. Me puse a pensar que esa era la razón por la cual no tenía novio, era triste para mí el ver que todas mis amigas tenían pretendientes desde primaria, mientras que yo no tenía a nadie, hasta que llegó él, Ricardo, el primer chico que me pregunto qué si quería ser su novia, el primero en decirme estás muy hermosa, el primer chico que me abrazo siendo novios, mi primer san Valentín, mi primer beso, mi primer todo, a acepción de una cosa, claro está. Pero en si, el fue y será siempre mi primer amor, y a la vez fue el primer hombre que me hizo sentir muy feliz, también fue el primero en romper mi corazón de la manera más dolorosa posible."
"Era el día de mi cumpleaños número 15, mis padres se habían enojado conmigo un día anterior, pero eso no impidió que me levantara con mucha alegría.
Bajaba por las escaleras rápidamente, ya que solo pensaba en lo que mi madre me habría hecho de desayunar, pero...al bajar, nadie estaba ahí, todo estaba apagado, parecía que solo yo viviera ahí, empecé a gritar *!Mamá, Papá!, Mamá, Papá!*, pero nadie me contestaba, al llegar a la cocina logre visualizar un regalo de tamaño mediano y a su lado estaba una carta, y junto con está, un pequeño panqué.
Abrí la carta muy emocionada, pero para cuando finalice de leerla mis ojos estaban hechos un mar de lagrimas.
Ellos...me había abandonado, solo porque si, lo único que me dejaron fue un maldito peluche de unicornio, un panqué, una carta explicando mi abandono y un poco de dinero, yo pensé que era una simple, estupida, boba broma de muy mal gusto, así que salí corriendo a la habitación de mis padres, abrí los cajones y efectivamente, su ropa ya no estaba ahí, todas y cada una de sus pertenencias habían desaparecido. Me quede en shock, estaba asustada, tenía miedo, estaba triste y lo único que hice fue acostarme en el suelo, abrazar muy fuerte a el peluche y llorar...""
Narra: Samuel.
Desperté de repente ya que comencé a escuchar unos sollozos, que poco a poco se convertían en un llanto más intenso, así que me levante de la cama, para buscar la causa de esos sonidos. Pero no fue muy costoso para mí encontrarlos, ya que con solo dar la vuelta, pude visualizar a una linda chica llorando, al parecer _____ estaba dormida, y eso traía con ella pesadillas, no lo dude dos veces, y la comencé a despertar.
Samuel - Chiqui...chiqui...despierta, _____, despierta... - no se despertaba, solo seguía llorando- !_____, DESPIERTA! - la desperté con un susto, con lo que ella solo reaccionó a abrazarme, no paraba de derramar lágrimas por sus lindo ojos -
_____ - Samu...por favor...no me dejes nunca....por favor. No me dejes sola, no te vayas de mi lado...te lo suplico, no me quiero volver a quedar sola. -me dijo entre sollozos, con lo cual solo me dieron unas ganas intensas de protegerla, no podía dejarla sola y menos ahora.-
Samuel - Te prometo que jamás me alejare de ti, siempre estaré aquí para protegerte... - le respondí, mientras la tenía entre mis brazos, desde ahora jamás volverá a sentirse sola. - Es una promesa...
