Capítulo 12: Put your head on my shoulder (Parte I)

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En el capítulo anterior...

Rose tiene éxito con las fotografías ya que consigue una publicidad con Kellogg's, y a un nuevo mánager: Brian. Rose le pide a George sonámbulo que le demuestre con un gesto —por más insignificante que sea— si ella en verdad le importa. Él se debate durante el día entero si hacerlo o no, hasta que decide hacerlo, preparándole un sándwich; un pequeño gesto que ella valora. La noche siguiente, ambos juegan a "Verdad o Reto", y George la reta a que lo bese, si es que así lo desea. Luego de reflexionar, Rose se da cuenta que sería poco prudente, por lo que decide no hacerlo, pero como consuelo, lo despide con un tierno beso en la mejilla.

Pensaron que ya no iba a actualizar ¿no?

Mis vacaciones ya comenzaron, así que espero poder hacerlo más seguido.

Las amo ♥

Con cariño,

Ella ♥



Capítulo 12: Put your head on my shoulder (Parte I)


Pon tu cabeza en mi hombro

Sostenme entre tus brazos, cariño

Apriétame oh, tan fuerte

Demuéstrame que también me amas

Put Your Head on My Shoulder, Paul Anka.


En la cocina se podía sentir el aroma a tocino. En toda la casa a decir verdad, pero nadie se quejaba, después de todo ¿a quién le molesta el olor a comida? Más aún si se trataba del delicioso desayuno que estaban preparando los Beatles y sus chicas. Martha se encontraba sentada junto a ellos, viéndolos ir y venir de un lado a otro, cambiando de lugar ocasionalmente para no estorbarles, esperando a que alguien se compadeciera de su adorable rostro y le convidara algo de lo que estaban cocinando. George casi se tropieza con ella, pero logró esquivarla a tiempo. Primero la iba a reprender por atravesarse en su camino, pero al instante en que la vio, no pudo evitar apiadarse de ella.

—Lo siento Martha, pero no puedo darte de esta comida. No es comida para perros —dijo George, esperando que ella entendiese. Pero ella soltó un quejido de tristeza. —Martha... En verdad, no puedo —insistió George, ahora más débil. Martha volvió a quejarse, con sus enormes ojos (ahora descubiertos por un reciente corte de cabello) mirándolo fijamente, suplicante. Y como George era de corazón blando, sucumbió rápidamente ante el chantaje emocional de Martha y le regaló su tostada, asegurándose de que nadie lo viera.

—Le diste comida ¿no es así? —acusó Mo, acercándose con la mantequilla para la mezcla de los hotcakes.

—Sí, lo hice —admitió George, mirando al suelo. —No sé si Martha le enseñó la mirada de cachorrito a Paul, o fue Paul el que se la enseñó a ella —dijo George, tomando otra tostada— pero una cosa es segura: los dos son unos expertos.

Ambos estuvieron de acuerdo, y continuaron con la preparación del desayuno. Y hablando de Paul, él era el único de la casa que no estaba en la cocina. Inclusive Julian ya estaba levantado y desayunando junto a su madre, mientras que el tío Paul ni siquiera se había vestido aún, porque seguía acostado en la cama, y no necesariamente por voluntad propia. Paul era muy inquieto y quería prepararse para ir al estudio, pero su prometida le ordenó que se quedara en la cama. Él aceptó, pensando que ella le haría compañía, pero fue todo lo opuesto, ya que Jane se había levantado hacía mucho para formar parte de la multitud que se agrupaba en la cocina. Como Paul se encontraba solo y aburrido en su habitación, estaba constantemente preguntándoles a los chicos, a los gritos, si se podía levantar e ir a la cocina, a lo que todos se negaban rotundamente. Habían acordado levantarse todos temprano para hacer el desayuno, y no dejarían que nada arruinase los planes. La consigna era un desayuno norteamericano, con hotcakes, jugo de naranja, huevos revueltos, salchichas, tocino, café y todas esas cosas que desayunaban los estadounidenses, sin los hongos y los frijoles por supuesto, que eran tan típicos de los desayunos ingleses. Cuando los Beatles pisaron Estados Unidos por primera vez, el año anterior, Paul quedó fascinado con la comida, que era diferente de la aburrida comida inglesa. Por eso todos los que vivían en la casa decidieron prepararle un desayuno especial a Paul, después de todo, el dieciocho de junio no era una fecha cualquiera.

The Night Before (The Beatles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora