The Night Before (The Beatles)

Capítulo 18: Just can't go to sleep

Capítulo 18: Just can't go to sleep

❝Cada noche no puedo irme a dormir

Cada noche debo contar ovejas

Cada noche no puedo irme a dormir

Sin ti, sin ti,

Simplemente no me puedo dormir ❞

Just Can't Go To Sleep, The Kinks.

Los chicos oyeron el despertador y lo arrojaron contra el muro para seguir durmiendo un poco más, pero Brian llegó unos minutos más tarde para ayudarlos a comenzar el día. Les trajeron el desayuno y se reunieron alrededor de la mesa. Brian se retiró más temprano para atender otros asuntos, dejando a los chicos. Ellos continuaban comiendo, Paul y John compartiendo el periódico y Ringo observando a George, hasta que finalmente se dio cuenta. Cuando George notó la mirada de pocos amigos de Ringo, y que le hizo una seña para hablar con él, ambos salieron de la habitación y se detuvieron a hablar en uno de los pasillos desiertos. Nadie iba a pasar por allí porque que el piso entero había sido reservado, así que George y Ringo pudieron hablar con calma. O algo así.

— ¡Tendría que matarte! —exclamó Ringo, aunque trató de hacerlo susurrando.

— ¿Qué? ¿Por qué? —preguntó George sin comprender.

—Por lo de anoche, ¡por eso! —respondió Ringo.

George lo miró algo asustado.

—No recuerdo haberme emborrachado para haber hecho algo contigo, Richard —se defendió George.

—No te hagas el chistoso luego de que te salvé el trasero anoche —dijo Ringo molesto.

— ¿De qué estás hablando? —preguntó George aún confundido.

— ¿Quieres que te refresque la memoria? —Contestó, y al ver a George asentir, prosiguió— estuviste como idiota gritando el nombre de Rose mientras estabas dormido, más bien sonámbulo, y por supuesto, Paul te oyó. Y John también y yo también, así que fuimos hasta tu habitación. Paul estaba alterado porque no lo dejabas dormir y porque repetías una y otra vez el nombre de su prima por algún motivo que él aún desconoce gracias a que inventé que "Rose" era el nombre de una gatita que tenías cuando eras pequeño y que murió frente a tus ojos y por eso tu trauma. Afortunadamente él se lo creyó, pero por cuestiones de seguridad, le dije a Paul que se cambiara al cuarto de John y yo al de ustedes, así te puedo vigilar por si tienes alguno de esos ataques gritones.

George no podía creer lo que había oído. ¿En verdad había hecho eso?

— ¿Eso quiere decir que sigo siendo sonámbulo? —preguntó.

—Eso parece —afirmó Ringo— y uno muy molesto.

— ¿Y de verdad decía el nombre de Rose? —preguntó George avergonzado y asustado a la vez.

—Sí... te he visto sonámbulo antes, pero nunca nombrando a Rose —declaró Ringo. —Eres un tonto, ¡encima delante de su primo! ¿Qué te pasa, George?

—No lo sé —respondió George mientras aún intentaba procesar lo que Ringo le había contado.

—En caso de que Paul te pregunte, recuerda que tuviste una gatita llamada Rose que fue atropellada por un auto ¿bien? —acordó Ringo y George asintió— estoy seguro de que Macca ya tiene sus sospechas así que hay que ser cautelosos.