Capítulo 16: All I have to do is dream

695 76 79
                                    

 Capítulo 16: All I have to do is dream


Cuando me siento triste, en la noche,

Y te necesito, para que me abraces,

Cada vez que te deseo, todo lo que tengo que hacer es soñar.


Puedo hacerte mía, saborear tus labios de vino,

A cualquier hora, noche o día.

El único problema es, santo cielo,

¡Que me paso la vida soñando!


Te necesito tanto, que podría morir.

Te amo tanto, y es por eso,

Que cada vez que te deseo, todo lo que debo hacer es soñar

All I Have to do is Dream, The Everly Brothers.



—George, yo... yo quiero besarte —susurró dulcemente la joven.

George permaneció en silencio unos segundos, no pudiendo creer lo que oía. No creyó jamás que Rose quisiera besarlo.

— ¿Lo dices en serio? —preguntó George, que ya sentía su corazón latir más rápidamente.

—Sí —respondió Rose con timidez. —No me has dicho qué sientes por mí, pero yo tampoco te lo he dicho, así que me parece justo que ninguno de los dos lo diga... al menos no hoy. Así que quiero besarte, pero sólo si no debo decirte el porqué, ¿está bien?

George se apresuró en asentir y Rose rio, pero de nervios. Estaban sentados uno frente al otro, muertos de miedo, como si fueran dos niños a punto de dar su primer beso. Estaban de hecho más nerviosos que la última vez. Ambos estaban petrificados, lo cual no ayudaba mucho, ya que alguien debía hacer el primer movimiento después de todo. George se aclaró la garganta y Rose suspiró, pero ninguno hacía nada. Martha, que estaba sentada a un lado contemplando todo (o más bien, nada), ladró.

— ¡Shh! —susurró George. —Está bien, está bien, Martha. Ya entendimos. No presiones.

Uno delante de otro, con la mirada al frente. Aún muertos de miedo. Aún sin hacer nada. George volvió a hablar.

—Sabes, si estás haciendo esto para hacerme un favor... no hace falta ¿eh? —dijo el muchacho nervioso.

— ¿De qué hablas? —preguntó Rose.

—Es que te estuve insistiendo demasiado con lo del beso, y comprendo que he sido muy molesto, y quiero disculparme y decirte que no hace falta que lo hagas si no quieres. Te prometo que te dejo de molestar y no va a ser necesario que me beses —explicó, titubeando de vez en cuando al hablar.

— ¿Acaso te estás acobardando justo ahora, George Harrison? —dijo Rose incrédula. —Porque si yo ya accedí, no te puedes arrepentir ahora.

—No me estoy acobardando —se defendió George— es que no quiero que hagas algo que tú no quieres.

—Pero yo sí quiero besarte. ¿Tú ya no quieres besarme? —preguntó Rose algo temerosa.

—Sí quiero. Quiero besarte. De verdad quiero —respondió George sin dudar.

—Entonces no me tengas miedo que yo no muerdo —indicó Rose. —Bueno, a menos que a ti te guste eso.

George se estremeció al oír aquel chiste atrevido de parte de Rose. Sus mejillas se tornaron carmesí tan rápido que no pudo ocultarlo y una sonrisa nerviosa se dibujó en su rostro. Rose creía que se veía realmente lindo así.

The Night Before (The Beatles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora