Querido papá:
Empiezo a sentir culpa por todas esas veces que te hice enojar, te molesté o te juzgué por tu nuevo corte (que en realidad me gustaba mucho). No fui la hija perfecta, ni lo sigo siendo porque supongo que si lo sería sí me atenderías las llamadas, pero no, como siempre me equivoco.
Sigo sin entender cómo hice que tú y mamá me odiaran. Nunca hice demasiadas travesuras o algo que -creería- llegara a molestarlos. Entiendo su situación, poco dinero, hija no perfecta y madre enferma, mucho para dos personas.
Te amo papá, no dudes eso, pero quiero remarcarte mis errores para poder hacer que me perdones, aunque sea que me hables. Sé que jamás me leerás, que jamás valorarás esta carta o incluso la encontrarás.
Soy como el viento ahora, desde que me fui esa noche ya nadie me ve, pero sé que todavía saben que sigo por las mismas calles y dentro de la ciudad de la que siempre formé parte. Y esa ciudad en la que tú me has hecho crecer, me has enseñado tantas cosas como se te fueron posibles y sé, que si me verías lo seguirías haciendo. Mucho más que eso, seguirías queriéndome, hablándome. Seguirías aquí.
A veces, la corriente me lleva y se me hace imposible pararme en tu puerta (sí, no puedo creer que te hayas mudado) y decirte cuánto lo siento. Pero también es en parte por saber que me cerrarás la puerta en la cara y me mirarás de esa manera. Como si no hubiera nadie más que el viento.
Por eso papá, desde hoy, ya no soy Esther. Ahora formo parte del viento, mi nuevo hogar. Mi nueva familia. Mi única cosa.
Te amo papá, nunca lo olvides, eres muy especial para mí.
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Cartas Al Pasado
Novela JuvenilCrecer puede doler. Más cuando lo haces solo. Esther no sabe cómo expresarse. Hablando no puede, porque sus mejores amigos, padres (que están separados) y personas conocidas están demasiado ocupadas viviendo para escucharla. Así que un día decide es...