Capítulo 7

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Cuando desperté por la mañana, luego de que el debil sol de invierno se posara sobre mi rostro, me quedé observándola mientras dormía.

Pude ver su perfecta y pálida piel. Sus labios rosados que parecían ser suaves y tersos. Un mechón de cabello callendo por su mejilla izquierda; sentí la necesidad de retirarlo pero no fui capaz de hacerlo. Se veía tan tranquila mientras dormía que habría sido casi un delito hacerlo.

Me levanté luego de comprobar que su pierna ya lucía mucho mejor.
Aún tenía la venda al rededor del muslo pero se había movido durante la noche y dejaba ver algunos golpes, moretones y raspaduras que _a pesar de que seguían ahí_ ahora lucían menos visibles.

Luego de preparar el desayuno me senté en el comedor y me serví jugo de naranja en un vaso.

No quería comer hasta que ella despertara.

Estaba intentando asimilar todo lo que había acontecido la noche anterior.

La manera en que esa chica entró por mi ventana... El momento en que se quitó la capucha y la vi a los ojos por primera vez... Cuándo me di cuenta que no era un chico sino una chica... Una chica muy hermosa de hecho... La manera tan extraña en que pude hablar tan fludamente con ella como sólo podía hacerlo con pocos... La forma tan protectora en que me abrazó por la cintura esa noche antes de quedarme dormida... Y sobre todo, la manera en que ese abrazo se sintió tan jodidamente bien...

-¡Hey!, hola- su ronca y adormilada voz me sacó del tance en el que estaba. ¡Por dios!, ¿A caso podía haber una voz mas hermosa y seductora en el mundo?.

- ¡Buenos días!, espero que hayas dormido bien- respondí con evidente nerviosismo.

-Si, dormí muy bien. Gracias por haberme dejado quedar aquí y toda esa mierda- su tono voz sonaba completamente plano, como si nada le importara en realidad. Como si todo le diera igual-, ahora tengo que irme...

-¡No!- se dio la vuelta enseguida- es decir... ¿Porqué?...

Debí haber parecido una chica muy rara y loca pero en verdad no quería que se fuera.

No quería quedarme sola de nuevo.

Y aunque supuse que me veía bastante patética, lo único que quería era hablar un poco mas con ella.

Conocerla más y descubrir mas acerca de su vida.

En casos como éste, mi curiosidad siempre fue superior a mi timidez e inseguridades.

-¿Porque no desayunas algo primero y luego te vas?

Su mirada no parecía muy convencida, mas bien bastante cansada. Por momentos sentía incluso que no me soportaba.

-¡Vamos!- dije tratando de animarla-, Lo preparé yo misma. No está tan mal.

- De verdad. Necesito revisar mi motocicleta... Si es que aún se encuentra allá afuera.

- Te dije que yo me encargaría de eso- le di un sorbo al jugo de naranja y me acomodé en la silla.

-Sigo sin entender como.

- Vamos a desayunar y luego vemos eso, ¿Está bien?.

De nuevo no recibí una respuesta de su parte.

Coloqué ambos platos sobre la mesa de cristal y comencé a servir la comida. Observé su rostro y en seguida supe que no iba a poder seguir resistiéndose.

Debí haberlo pensado antes.

Seguramente no había probado bocado desde el día anterior.

-Está bien, pero solo porque... Solo porque de verdad me estoy muriendo de hambre...

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