Me levanto, está ahí, sentado, frente a mi sin decir una sola palabra, lo veo fijamente a los ojos, cafés claro, su pelo negro como la noche, sus labios rojos mas rojos que la sangre, es bastante hermoso.
-¿A que hora te levantaste?
-Hace un rato, no a pasado mucho, y me gusta verte dormir
-Ya veo
-Y ¿cómo has dormido?
-Bien ¿y tu?
-Bien, eso creo, ayer fue una noche larga
-Si, ¿como te sientes?
-Mejor, ¿podrías pasarme la silla de ruedas?
-Claro, voy por ella
Nunca creí que encontraría a alguien como él, es muy buen amigo, ayer me ayudó cuando más lo necesitaba, sinceramente no sé qué haría sin él, ha veces pienso que incluso ha llegado a gustarme y hoy en día no tengo que pensarlo, el me gusta de verdad.
-Aquí está, toma
-Muchas gracias. Me ayuda a subir
-¿Qué te parece si desayunamos unos ricos panqués?
-Me encanta esa idea.
Salgo de la habitación y el detrás de mi, me acerco a la mesa y hay un rico plato de panqueques recién echas, huelen delicioso
-Valla valla valla, pero mira qué sorpresa jajaja. Digo suavemente
-Mejor que los de la cafetería
-Ya veremos, aunque lo dudo
Los pruebo, están deliciosos, me encanta su comida sinceramente no es la primera vez que me hace de comer
-Mmm les falta un poco para ser perfecto
-¿Enserio? ¿Y que es lo que les falta?
-La leche dulce jajaja
-Ahora te la paso, espera. Se dirige a la nevera y saca la leche dulce de el fondo, yo no hago muchos panqueques que digamos.
-Gracias.
-¿Qué te parece si vamos al parque un rato?
-Sería perfecto
-Lo se, yo conduzco ¿verdad?
-No juegues jaja. Digo. Espera, tengo que ir a que me hagan la operación hoy para ver si todo sigue bien y no pasó nada en el accidente.
-Cierto, entonces será otro día ¿qué te parece?
-Me parece perfecto.
Salimos de la casa y me ayuda a subir al auto.
