Vamos por un Starbucks y decidimos sentarnos en una mesa a un lado de la ventana; bueno, el se sienta porque yo sigo donde mismo, en esta tonta silla de ruedas, pero el lugar es bastante aceptable, siempre me a gustado mucho Starbucks , no lo se, a pesar de que tienes que hacer una fila casi interminable, cuando llegas a tu destino y tomas asiento es bastante cómodo.
-¿A que sabe tu Starbucks?-pregunta Jason interrumpiendo mis pensamientos
-A mango-contesto
-Déjame probar
-No
-¿Por qué no?
-Porque es mio
Me quita la bebida de las manos tan rápido que me quedo pensando que es lo que acaba de pasar. Le da un gran sorbo a la bebida, hace un ruido con su boca como si fuera un chef famoso y profesional, después le da otro sorbo un poco mas corto; cuando me devuelve mi bebida le ha bajado bastante.
-¿Qué te pasa?
-Sabe a mango, con un toque helado; esta bastante bueno-dice sin importarle mi corazón roto por mi bebida
-No me digas, ¿enserio?-digo y comienza a reirse
-Vamos, fue divertido, admitelo
-Para ti, porque a mi no me causó gracia
-Por cierto, quiero ir a ver algo de ropa, no vas a ser la única que salgo premiada de aquí
-De acuerdo-digo, y le doy un sorbo a mi deliciosa bebida de mango
El resto del tiempo que estamos en el local o estamos callado o hablando de temas sin sentido, me la estoy pasando bien.
