El pequeño seguía sin entender las últimas palabras que le había dirigido su nuevo amigo, se preguntaba qué tan malos podrían llegar a ser los humanos, si serían capaces de hacerle algún daño, o si se permitirían lastimar a seres indefensos como él, qué le harían si llegaran a atraparlo, si podría hablar con ellos algún día, o si quizás se enamoraría de alguien de esa especie. Iba tan absorto en sus pensamientos que no se percató de la sirena que se le lanzó encima y comenzó a agredirlo, se quedó estático.
Kyunggie reaccionó al sentir un tirón en su brazo e inmediatamente se abalanzó sobre la recién llegada para defender a su amigo.
-¿Qué demonios te sucede Kristal?- dijo empujando a la agresora contra una roca. Esta emitió un sonido agudo que hizo al niño envolverse a sí mismo con sus brazos.
-¿Quién es esta joven criatura?- dijo la interrogada con voz tenebrosa. -A ti qué te interesa.- Kyunggie se había colocado frente a su amigo a modo de protección. -¿Acaso es tu nueva conquista, mi querido? ¿Lo has hipnotizado para luego ahogarlo? ¿Ya no te conformas con gente mayor?- Preguntó. -Deja de molestar, por favor. Vamos.- Dijo lo último tomando a LuHan y obligándolo a nadar lejos de quién los había atacado. La oceánida agresora siguió murmurando frases inentendibles. -Cálmate, ya pasó, ¿te ha dañado en alguna parte? -N-no me d-duele nada, no te preocupes. -¿Seguro? -Si, estoy bien. -Entonces continuemos nuestro camino.- alguien gritando se oyó. -¡Oigan!, espérenme.- Una sirena nadaba rápido para llegar a ellos. - Oh, Nini. ¿Qué haces aquí?- interrogó el amigo del niño, que se había detenido bruscamente. -Estaba recorriendo el mar y no pude evitar oír la discusión con Kristal, ella es realmente benévola. -No es nada que no pueda controlar.- respondió Kyunggie aferrándose a la muñeca de LuHan. -Ya.- el mencionado deshizo el agarre.- Hola.- agregó extendiendo su manito. -Hola, yo soy Nini, ¿y tú?- respondió al saludo. - No lo sé.- respondió haciendo un mohín con sus labios. -¿Cómo qué no sabes?- lo observó detalladamente.- eres nuevo aquí, ¿verdad? -S-si, ¿Tú no sabes dónde está mami?- Bajó su cabecita a la vez que juntaba sus manitas de forma tímida. Nini y Kyunggie se miraron, sintiendo pena por el menor. -No pequeño, no lo sé. Pero un amigo podría ayudarte a encontrarla. -A eso íbamos.- interrumpió el otro tritón. -Entonces los acompaño.- los tres nadaron rápidamente, esperando llegar al fondo cuanto antes. -Llegamos.- habló Kyunggie. -T-tengo m-miedo.- la criatura se aferraba al brazo de Kyunggie. -No te hará daño, nosotros estamos contigo.- Nini acariciaba la espalda del infante. -B-bueno, pero...pero no me dejen solito, por favor.- los miró con ojos suplicantes. -Entremos.- Nini se abrió paso entre una enredadera de algas. -¡Sedna ábrenos, soy Kyunggie!- dijo llamando a la puerta. -Oh querido, tanto tiempo.- un tritón entrado en la vejez con peces y piedras colgando de su cabello abrió la puerta.
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-Llevaba tiempo sin venir aquí pero necesito un favor, o más bien que ayude a nuestro amigo. -¿Con quién vienes?- miró más allá del joven. -Con ellos, ¡Nini, pequeño! ¡Vengan!- estos se hicieron presentes. -H-hola.- dijo el menor con una sonrisa tímida. -Hola, pasen.- los invitó a entrar.- Y, díganme, ¿Qué los trae por aquí? -Nuestro amigo llegó hace poco, y no recuerda ni su nombre. Solamente nombra a "mami" todo el día, ayúdalo, por favor.-habló Kyunggie. -Lo haré, déjennos solos un momento.- llevó a LuHan hasta un cuarto repleto de algas, ostras y calamares estacados. -¿Qu-qué es esto?, tengo miedo, llévame con mami. -Siéntate.- invitó al menor a imitar su acto mientras ponía unas vasijas sobre la pequeña mesa adornada con lirios acuáticos.- Ahora mírame fijamente.- comenzó a desplazar una cadena con un dije de lata delante de los ojos del pequeño.- ¿Me ves aún? -S-si, ¿Qué es todo eso?- observó unas ramas con forma de sahumerios que desprendían un líquido espeso. -Abre la boca y cierra los ojos. -¡Tengo miedo! ¡Mami! ¡Ayuda!- el niño comenzó a gritar. El anciano exclamó unas palabras, hipnotizándolo completamente. -Ahora volverás a ver tu vida humana.- sacudió unas hojas que había remojado en una pócima. Siguió realizando su ritual, afuera Kyunggie y Nini esperaban impacientes.
