Prólogo

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Youngjae rió suavemente mientras se movía por el cuerpo de su amante. Conocía cada pulgada de este hombre; todos sus secretos, todas sus debilidades. Ese había sido el plan - aprender cada debilidad de este hombre. Enamorarse, sin embargo, no se suponía que fuera parte del plan. Él tomó el pene del mayor en su boca ganando un fuerte gemido del hombre debajo de él.

Miró hacia arriba y se encontró con la mirada de Jung Daehyun.

Mantuvieron el contacto visual antes de que el mayor volcará sus posiciones tomando él control. Cerró los ojos y dejó que el mayor le hiciera lo que quisiera. Daehyun conectaba sus cuerpos y se movía con tanta pasión que Youngjae pensó que tal vez, lo sabía. El pensamiento no le asusta como debería.

Youngjae tiró del hombre para darle un beso, desesperado por sentir sus labios contra los suyos. Él gimió en el beso mientras Daehyun lo acariciaba hasta llegar a su propia liberación. Tuvo que ahogar dos pequeñas palabras. Dos pequeñas palabras que eran absolutamente peligrosas.

Tomó demasiadas rondas para cansar al mayor y cuando terminó, el cuerpo del más joven dolía. Pero no le importaba. Observó como Daehyun se deslizó fuera de la cama y cogió su bata de baño tirada en el suelo.

"¿A dónde vas?", Youngjae llamó al hombre que empezaba a alejarse.

El mayor se quedó quieto, con la espalda todavía hacia el joven. Sus hombros se tensaron y comenzó a hablar. "Tienes diez minutos para salir antes de que te vuele la cabeza".

Él sabía.

El joven se movió fuera de la cama antes de caminar. Se puso de pie detrás de Daehyun y envolvió sus brazos alrededor del hombre, dándole un beso suave y persistente en la parte posterior de su cuello. "Hasta que nos encontremos de nuevo".

Los dos sabían que su próxima reunión no sería tan agradable.

Daehyun en silencio se liberó de los brazos de Youngjae y se dirigió hacia el baño.

Youngjae se puso algo de ropa limpia antes de dirigirse a la puerta principal del lujoso apartamento del mayor. No se molestó en empacar sus cosas; no las necesita más. Se suponía que todo iba a ser una parte de su pasado ahora. Escuchó un fuerte chasquido cuando su mano se estiró para tocar el pomo de la puerta. Se quedó congelado y esperó.

"Los diez minutos han terminado".

MISERICORDIA (10 minutos) [DAEJAE] -En edición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora