La incesante lluvia que los empapa junto con la sensación de la helada brisa de un invierno vigente estremece el cuerpo de NamJoon; tarde o temprano podrían terminar atados a un peligroso resfriado, pero él sólo experimenta una comezón en las manos, quizás debido a la latente ansiedad por tomar la mano de YoonGi, es el tacto suave como algodón y reconfortante lo que le hace olvidar sus pesares y le devuelve al sitio y hora real.
Y al igual que muchas de las veces en que sus miradas se encontraban, el tiempo se detuvo. Parados uno en frente del otro, sin nada que decir, no era el momento y ambos lo notaban, tan calmados y despistados que no toman en cuenta el momento en el que cesa la lluvia tan repentinamente.
Sólo había una cosa que NamJoon necesitaba en ese momento: la proximidad de YoonGi.
Y no dudo en tomarlo entre sus brazos para perderse en el mar de sentimientos que se produjo en todo su cuerpo. Los fuertes brazos de NamJoon no querían soltar el delgado cuerpo de YoonGi, que se había hecho incluso un poco más pequeño por estar atrapado contra su cuerpo; tenía el rostro enterrado en el cuello de NamJoon, con los ojos cerrados ignorando lo mojado que éste se encontraba. El pequeño cuerpo del ahora pelinegro encajaba a la perfección con el del moreno y eso le hacía sentir bien.
Ahora el sonrosado rostro de YoonGi se detiene en el pecho de NamJoon, dispuesto a escuchar el fuerte golpeteo de su corazón, poniendo si es posible aún más ansioso a este, la distancia entre ambos era tan poca, y esto mezclado con que necesitaba a YoonGi desde hacía mucho, hizo que su pecho se sacudiera cual fiera salvaje contra el oído del pelinegro.
Pero para cuando la mano del contrario suelta la suya y se hace hacia atrás, cortando la íntima proximidad, a NamJoon le falla la respiración por miedo, sólo pensaba en que le volvería a dejar y si eso llegase a pasar, no estaría dispuesto a soportarlo. Y aunque no quisiera demostrarlo, YoonGi también tenía miedo, ambos estaban por el mismo camino de un sentimiento que encerraba sus corazones en una prisión que se hacía cada vez más pequeña, sin espacio, sin moverse.
Uno de ellos se siente asfixiado, le da miedo el rechazo, por lo que no pretende hablar acerca de muchos secretos que le definen; y el otro está asustado por muchas razones, o posibilidades, sentía como si hubiese sido lanzado directamente y sin pudor en un pozo que aunque no lograba entender del todo, le brinda una calidez, le llena y se siente bien con eso, y eso último es lo que más le preocupa.
NamJoon no es estúpido, sabe que posiblemente esa presión en su pecho se debe al chico que tiene frente a él, pero aún así se niega a pensarlo demasiado, incluso cuando es algo que le atormenta en su subconciente y repercute en sí mismo.
«¿Por qué lo haces?»
Había comentado entre dientes NamJoon, más que todo perdido en sus propios pensamientos y sin estar un 100% conciente de lo que decía o hacía.
«¿El qué?»
Y se atreve a preguntar.
«¿Acaso no es obvio?»
Dolido, y con miles se sentimientos nuevos en su interior, toma la fría mano de YoonGi, acariciando con paciencia los largos dedos y los coloca por encima de su abrigo, justo en donde se esconde aquél órgano tan palpitante. Con las cejas levemente fruncidas, con el pulso a mil, las orejas rojas debido al frío y posiblemente gracias a la cercanía que ganó al tomar bruscamente la mano del más bajo.
No lo dejaría ir tan fácil, quería dejar en claro aquello que tanto conflicto le dejaba.
El pelinegro no soltaba ninguna palabra, NamJoon casi podía jugar que empezaron a caer diminutos copos de nieve, pero al sentir todo tan irreal, pensó en que tal vez eran sólo imaginaciones suyas.
«Creo que ese tren puede esperar un poco más»
Los labios de YoonGi se unieron en una fina línea recta a los segundos de hablar, dejando confundido al menor. ¿Se quedaría junto a él?
«¿Te quedaras, conmigo? Sólo promete eso, por favor»
Sin lugar a respuestas, NamJoon siente como la pálida mano de YoonGi apreta la suya, y él sólo toma aquello como un sí, me quedo.
Y NamJoon, sin saberlo, se sentía decidido.
Porque entonces juntó todo su valor, dispuesto a disipar aquellas voces que le gritaban en su subconciente, una parte le decía que no, y otra sólo quería sentir a YoonGi, y para su suerte esa última parte fue la que ganó. Increiblemente nervioso, con el pecho rebotando, con las nuevas gotas de sudor en sus manos, finalmente junta sus labios con los del chico invierno. Es un ligero roce, tentativo, que le hace ver al moreno una explosión de colores en su mente.
Ambos sentían que aquello era lo que estaba predestinado a ser, y que era lo que tanto necesitaban. Uno de ellos ya no se sintió asustado, quería caer en aquél pozo siempre y cuando YoonGi estuviese ahí para él, quien siempre estaría dispuesto a quitar cualquier rastro de tristeza en su mirada.
Pero el otro a pesar de sentir algo extraño en su pecho, seguía asustado, porque sabía que aquello no iba a terminar muy bien.
Él sabe que cualquiera se puede asustar con aquél secreto que sólo le esconde a NamJoon, porque es el único que no parece darse cuenta de absolutamente nada. Y por esa razón, él se quedaría.
❄
¡Ya falta poco para el final! ;-;♥
No es relleno, esto es relevante(?♥
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Estaciones » NamGi
Fanfiction❄ Invierno ❄ Una hermosa época, donde NamJoon conoció a un callado chico con mirada triste en una solitaria estación de trenes. ➥ Romance, drama, leve humor. ➥ Kim NamJoon y Min YoonGi. ➥ Historia corta, registrada en safecreative...