Tú, tu frialdad... Yo, mi amor

Capítulo diez: ¿Amigos?

Habían pasado varios días desde que Andrés se sentaba a mi lado, ahora hablabamos constantemente, compartiamos bromas y de cierta forma también se había vuelto mi confidente, sabía que podía contar con él para cualquier cosa que lo necesite, pasabamos los recreos juntos, a veces saliamos a fumar un poco, otras veces hablabamos trivialidades y en algunas ocasiones el solo se quedaba a mi lado mientras yo leía algún libro, de cierta forma, era reconfortante, saber que tenía a alguien que me acompañe, sin embargo, mientras más tiempo pasaba con él, más crecían unos raros sentimientos en mi interior... Su sonrisa, su mirada, me hipnotizaban, su voz, podía escucharlo hablar durante horas, su inteligencia, la admiraba, mientras más lo conocía, más encontraba aspectos de él que me gustaban, sentía que me estaba volviendo loca, nunca me había pasado algo así, algo tan fuerte, que el simple hecho de que esté cerca mio me haga tiritar, que el solo dedicarme una de sus oportunas sonrisas me hiciera sonrojar, lo que me daba vueltas en la cabeza ahora era ¿Qué sentía él por mi? ¿Qué pensaba él de mi?

- ¡Hey Aylin! ¿En qué piensas? - La voz de Rodrigo me alejó de mis pensamientos.
- ¡Hey Rod! Ha pasado un tiempo ¿Cómo te ha ido en la gran ciudad? - Pregunté en un tono burlón, sabía que nada bien.
- No hagas esa clase de preguntas, no tienes idea del desastre que es todo allá, todo el mundo está estresado, debes tomar micro, metro y colectivo para llegar a un lugar, debes cuidarte de cualquier persona, en fin, es un gran caos, por eso decidí volver, ningún lugar se compara a la tranquilidad de este pueblo.
- Me alegra demasiado que volvieras, te hechaba mucho de menos ¿Cuándo te integrarás a las clases?
- Pues este mismo lunes, mis padres ya arreglaron todo, y adivina que... ¡Estaré en tu misma aula!

Escuchar eso me causó una alegría y satisfacción que no podía describir.
- Dios, no puedo creerlo ¡Es increíble!
- Si que lo es, podremos sentarnos juntos incluso.

Mi rostro cambió repentinamente de expresión tras esas palabras, por unos minutos la emoción me había hecho olvidar quien tomaba mis pensamientos anteriormente, y ahora, quien también tomaba el asiento junto al mío.

- Bueno, en realidad, ya hay alguien que se sienta a mi lado - Reí algo nerviosa al ver como expresaba una mueca de enojo.
- ¿Y prefieres sentarte con él que conmigo? - Su pregunta sonó desafiante.
- Sabes que no es eso Rod, no des vuelta las cosas.
Soltó un leve suspiro.
- ¿Y desde cuándo tienes compañero de asiento? Hasta donde recuerdo, siempre te sentabas sola al final del salón.
- Pues si, así era - Sonreí - Pero ahora es diferente, llegó un chico nuevo al curso, Andrés, ya lo conoceras, es un chico demasiado amable, me salvó una vez de una "pelea" entre comillas con Darly...
- Pff, ¿Tú? ¿Problemas con Darly? ¡Que novedad!... - Rió sarcástico.
- ¡Como decía! - Remarque deteniendo su risa - Desde ese entonces nos unimos de a poco, y ahora se sienta a mi lado.
- Ya veo, ¿Y son amigos?

Su pregunta me tomó desprevenida, en realidad no tenía idea de como considerarlo, no sabía si él me consideraba una amiga... ¿Y yo lo consideraba así a él?
Rodrigo notó la confusión en mi rostro y no necesitó saber la respuesta.

- Aylin, te pido que tengas mucho cuidado... Te conozco, no vaya a ser otro de esos chicos que solo juegan contigo y luego... Ya sabes - Se notaba la preocupación en la forma en que me miraba, de cierta forma, me molestó.
- Ya no necesito que te preocupes por mi Rodrigo, ya no soy la misma niña ingenua que conocías, las cosas han cambiado desde que me dejaste sola, he aprendido a valerme por mi cuenta, sin nadie que me defienda, sin nadie que me ande cuidando como a una bebé.
- Tranquila, no debes molestarte conmigo, solo quiero asegurarme que no te lastimen otra vez... Sé que te abandoné, pero no planeo volver a hacerlo nunca, quiero protegerte, no quiero que vuelvas a caer en las trampas de algún estúpido.
- Enserio, puedo cuidarme sola - Mi rostro se calmó un poco - Además, Andrés no es como los otros chicos.
- ¿Estás segura de eso?

La pregunta se quedó rondando un par de minutos en mi mente... ¿Realmente estaba segura de eso?