25.

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Cuando tenía treinta y ocho años, mi hija mayor era cada vez más parecida a Lauren.

Un día llegué a casa luego de dar un paseo con los más pequeños, y ninguna de ellas estaba. Al cabo de media hora, escuché la puerta abrirse, y mi hija apareció vestida de Blanca Nieves, tomando la mano de su mamá.

—¿Te recuerda a alguien? —me dijo mi esposa, con una sonrisa de oreja a oreja.

Yo me acerqué a mi pequeña, emocionada. La tomé en brazos, y me eché a llorar.

next door 2; camren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora