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Cuando tenía cincuenta y nueve años, mi primer nieto nació.

Kiara tenía mi mano apretada con fuerza mientras Ilaisaane conducía al hospital. Lauren, por su parte, le retiraba el cabello del rostro y le acercaba a los labios una botella de agua cada cierto tiempo.

—Duele, mami —lloriqueó.

Entonces recordé la vez en la que ella se cayó de la bicicleta a los seis años y se rompió el brazo. Lauren la cargó en brazos, y todo el camino al hospital me repetía "duele, mami. Pero soy grande y voy a aguantar".

Mi niña era realmente grande ahora. Y era el momento de que alguien la llame a ella como ella me llamó a mí durante veinticinco años.

next door 2; camren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora