43.

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Cuando tenía setenta y cinco años, Lauren le dijo a nuestro nieto Noah que Papá Noel no existía.

—Ahora, chiquito, sé que estás molesto. ¿Sabes lo que le vas a decir a la abuela Lolo? —alenté a mi nieto, quien apenas había dejado de llorar.

—Sí, abu —contestó.

—Bien, anda y demuéstrale quién manda aquí

El pequeño de seis años caminó hasta su abuela y se sentó en sus piernas sin siquiera preguntarle antes. Yo trataba de contener la risa.

—Abuela Lolo, debemos hablar.

—Ya que dije que...

—No, abuela. Tengo preguntas para ti
—recitó, mientras yo festejaba internamente porque recordaba todo lo que le había enseñado.

—A ver, pregúntame.

—Número uno, dime quién te crees que eres. Tienes el descaro de intentar romper mi fe —habló el menor, muy seriamente.

—Amorcito, yo...

El niño la ignoró.

—Número dos, ¿por qué me tomaste por tonto? Nunca jamás debí haber confiado en ti

—Noah, vamos, la vida sigue.

—No. Número tres, ¿por qué no fuiste, quién te juraste que serías? Tengo preguntas abuela, tengo preguntas acechándome.

Nuestro nieto se bajó de sus piernas y caminó hacia mi, dejando a una Lauren completamente asombrada en el sofá.

next door 2; camren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora