Capítulo 13🌟

6.7K 593 80
                                    



—¿Te quedarás entonces?—Todos sabía que la sonrisa de James Garfio era  algo así como venenosa y que esta solo la mostraba cuando poseía una actitud vencedora

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Te quedarás entonces?—Todos sabía que la sonrisa de James Garfio era  algo así como venenosa y que esta solo la mostraba cuando poseía una actitud vencedora. Si bien el capitán sabía que aún no había logrado su objetivo,  también estaba seguro que en unas horas celebraría haber concluido su maquiavélico plan con éxito. 

Moira Darling había aceptado acudir a una visita guiada del gran navío pirata perteneciente a la tripulación del capitán para que así; pudiera identificar los lugares a donde la tripulación tenía permitido acceder.

—No lo sé.—Confesó dudosa.—Aún tengo algunos asuntos que pensar, capitán.

—En un refugio tan espléndido como este, no tendrás que sufrir por esos "asuntos" nunca más chiquilla. Quiero que lo tengas presente.—Moira bajó la cabeza hacia donde el garfio del capitán apuntaba. Estaba justo en su pecho. La chica estuvo a punto de derramar algunas lágrimas pero se lo prohibió a si misma. No lloraría más. No en el nuevo refugio. Garfio, a su vez, sonrió para sus adentros convencido de que engañar a la muchacha sería mucho más fácil de lo que pensaba.

—Esos asuntos no suceden aquí. Los piratas no tenemos reglas más que las básicas de alta mar, pero de ahora en adelante la única regla será que nadie permita que derrames ni una sola lágrima . Yo mismo me aseguraré de redactarlo y de que todos acaten la orden.—El tono de voz decidido del capitán llamó  la atención de la castaña.

—¿Sin reglas?—Repitió intentando ocultar su entusiasmo.

—¿Me ves la cara de ser un pirata bajo control?—Moira rió ante tal acusación sarcástica del carismático James Garfio.—¡Bah! ¡Claro que no! Aquí tú eres libre de hacer lo que quieras chiquilla. De ahora en adelante, mi barco será tu refugio también.—La sonrisa del capitán resplandecía con malicia escondida bajo falsa amabilidad.—No tienes que ir a ningún lado.

—Pero, ¿Y qué hay de mi vida en Londres? ¿De mi familia?

¿De mi madre? ¿De mi adorada Wendy?

—Moira querida, te daré un consejo de pirata a pirata.—El Capitán pasó una mano sobre los hombros de la pequeña con confianza. Moira arrugó el entrecejo un poco intimidada.—La familia aveces logra ser una especie de carga. No nos funcionan para llegar el éxito, para salir adelante. Ellos son un estorbo.—Mientras intentaba convencer a la muchacha con su charlatanería; Garfio tomó una copa de vidrio para llenarla de vino y brindarle un trago a su invitada quien curiosa por el olor de la bebida la aceptó  aunque después del primer sorbo la menor se comenzó a sentir un poco asqueada. Y mareada. —Solo te retienen de tus verdaderos propósitos, te lo repito; no son funcionales.

—Usted... ¿No tiene familia?—Preguntó la castaña con un hilo de voz que reflejaba cierta inseguridad. Aquel tema de conversación no era sencillo de tratar para Moira y para su mala suerte, el capitán se había fijado muy bien en ese detalle. Su lenguaje corporal la delataba.

¿Y qué ocurrió con Peter Pan? (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora