Las suaves gotas que quedan luego de una tormenta...
Habían pasado tres días y la pequeña Danbi no mejoraba. Se veía tan pequeña y frágil en aquel lecho, ardía en fiebre y así había mantenido durante esos días, descendía un poco y luego volvía a arder. Ah Ri y Donghae no se despegaban de los aposentos de la pequeña, así el médico le dijese que no podían hacer nada. Ah Ri le cambiaba las compresas a cada tanto y oraba para la recuperación de su pequeña luz.-No hay explicación para ello- era lo único que los médicos reales podían decir y la furia del rey ante aquella respuesta era palpable. Tanto el rey como las princesas adoraban a la pequeña y sus intentos para salvarlas eran nulos.
-Tienes que descansar- le dijo Donghae a Ah Ri cuando el atardecer se hacía presencia- has pasado todo estos días aquí en vela. – aunque solo sea que cierres un poco los ojos, te sentirás mejor. – agregó y Ah Ri sin querer despegarse de su pequeña se recostó en el hombro de Donghae tomándolo por sorpresa y haciendo que este le pasara el brazo por su espalda de manera tranquilizadora mientras las lágrimas corrían por su rostro, la mano que tenía libre su esposo la pasó por su rostro secando la prueba de su sufrimiento, sintiéndose aliviada por el roce de sus dedos en su piel, haciendo que durmiera.No había pasado mucho tiempo, cuando la pequeña abrió los ojos, los tenía cristalinos, pero no fijaba la mirada en ningún lugar. Donghae se movió alertando a Ah Ri cuyas manos volvieron a cambiarle la compresa mientras escuchaba a la pequeña delirar sobre bailes, dulces y flores. Le secó la frente mientras las sirvientas le informaban a Donghae que venían a cambiar las sábanas, él tomó en sus brazos a la pequeña para que rápidamente las mujeres hicieran su trabajo y volvió a recostarla.
-Ah Ri, me quedaré con Danbi mientras tú comes algo por favor- le rogó Mi-Young a su hermana. El viaje a las tierras de su esposo sería al día siguiente pero por el estado de salud de su sobrina ella no viajaría y menos dejaría a su hermana en tan triste situación- Por favor, hazlo por la niña...Debes estar fuerte para ella- le suplicó Mi-Young mientras Ah Ri asentía.Ah Ri tomó un baño rápido y comió algo ligero porque el cuerpo le hacía rechazar alimento y mientras ella estaba en eso, Donghae era avisado de una visita no muy esperaba.
-¿Qué haces aquí?- preguntó entre dientes Donghae mientras llevaba del brazo por uno de los pasillos del palacio real a Chae-Woon, se había presentado sin ser llamada y ante la mirada de las curiosas criadas y eunucos. Donghae sabía que aquella visita llegaría a oídos de la familia real, especialmente de Ah Ri que durante esos 3 días había estado unida a él como nunca durante los 5 años de matrimonio que compartían. En medio de la tristeza, Donghae había recibido aquellos lazos de unión como un soplo de aire fresco en el infierno en que ambos se encontraban.Arrastró a Chae-Woon hacia una de las habitaciones que se encontraban vacías, pero peligrosamente cerca de los aposentos donde se encontraba su hija.
-Vine para saber de la salud de la hija de mi señor, no es un pecado saberlo.
-Es un atrevimiento Chae-Woon- le respondió Donghae mordaz- me enviaste una carta preguntando lo mismo y te la respondí hasta agradecía el hecho, pero esto no te lo acepto.
-¿Por qué me tratas así? Mi señor sabe que puede buscar consuelo en mí, que mi lecho lo espera para momentos tan duros como este.
-Lo que menos deseo en este momento es buscar consuelo en tu lecho, ¿acaso no entiendes que es mi hija quien está en cama?
-Pero mi señor...- intentó decir colocando su mano en el rostro de Donghae, pero este se la apartó de manera brusca.
-Entiende de una vez Chae-Woon, debo...No, quiero estar junto a mi familia en este momento. No me busques, no vengas a este lugar si yo no te llamo, no te atrevas a enviarme una carta de nuevo. Te buscaré cuando lo desee, pero ahora solo quiero que te vayas de aquí. Dijo esto y volvió a tomarla del brazo para salir de aquel lugar cuando afuera los esperaba Ah Ri.
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Ámame - Lee Donghae
FanfictionUna noche negra, una cálida mañana... Ah-Ri princesa real de Joseon era la menor de los príncipes reales. Su belleza, carisma y humildad hacía que el palacio brillara de luz. Su madre había muerto en el parto, pero tenía a sus hermanas y su herman...