2

95 19 3
                                    

Me despierto por el despertador que suena a las seis y media y empiezo a vestirme y reviso por ultima vez si lo llevaba todo.

Baje mis maletas y las meti en el maletero del coche, entre a mi casa y me puse a desayunar.

- ¿Estas lista para irnos? - Mi madre apareció por detrás mía y me dio un abrazo.

- Si... ¿Sabes una cosa? No voy a echar de menos este sitio. Solo a ti y a Emily. -

- Esta bien, no necesitas echar de menos a nadie mas, ¿no? - Por un momento, solo un momento se me paso por la cabeza Jayden. Agite la cabeza, vaya idiota que soy, ahora me doy cuenta que he estado demasiado tiempo detrás de un chico que no me hace caso, solo ahora.

Kara, es hora de olvidar al neanderthal de Jayden.

Donde vaya habrá otro chico mejor y que no me traiga problemas.


En el trayecto de mi casa hasta el aeropuerto estuve pensando en lo que iba a hacer, iba a cambiar de casa, de instituto, hasta de amigos.

- Adiós cariño. - Mi madre me dio un gran abrazo. - ¡Que te lo pases bien! - Grito y yo ya estaba caminando hacia la puerta de embarque.

(...)


Después de dos horas y media, casi tres de viaje, aterrizamos y busque con la mirada a Elizabeth. Con quien me quedaría hasta que acabara este curso, y con su hija también. Saque mi móvil y le pregunte en que parte estaba, de repente alguien toco mi hombro y cuando me di la vuelta vi a Elizabeth.

- Hola, ¿Kara, no? - Asentí y le dedique una sonrisa. - Dejame que te ayude con tus maletas. -

- No, no, no te preocupes las llevo yo. - Igualmente no me hizo caso y me quitó las maletas.

Fuimos andando hasta su coche y un chico moreno de ojos azules se choco conmigo.

- Lo siento. - Me sonrió y yo le mire seria hasta que se fue.

Me entraron ganas de pegarme un cachetazo en la frente.


Bien, Kara le has asustado con tu cara de borde.


En el coche no establecimos ninguna conversación.


- Dilo. - Le mire algo confundida. - Se que te mueres por preguntarme como es mi hija, tranquila no es ninguna pija rubia. - Reí.


- Gracias a dios, lo que faltaba era aguantar a una rubia pija. - El resto del viaje estuvimos en silencio a salvo de la musica.

Cuando llegamos a la casa me quede alucinada. La casa es blanca por fuera y tiene un caminito de piedrecitas hasta la puerta principal, y unas extrañas flores violetas. Cuando abrió la puerta lo primero que vi fue un gran salón, con un sofá gris, una alfombra blanca a los pies del sofá, todo el suelo es de madera y las paredes completamente blancas.

- Ven, te voy a enseñar tu habitacion. - Subimos las escaleras y entramos en la la penúltima puerta del pasillo. Esta casa tiene muchas puertas.

Cuando entramos, me enamore de la decoracion, las paredes son azul pastel, y todos los muebles blancos, hasta la colcha de la cama era blanca. En frente de la cama había colgado en la pared un cuadro de un lobo aullando a la luna.


- Por tu cara veo que te encanta. - Desvíe la mirada del cuadro y mire a Elizabeth.

- Has acertado con la decoración, me encanta. - Le sonreí.

- Bueno te dejo que guardes tus cosas. - Dicho eso salio de la habitación. Su hija no estaba en casa porque aun estaba en el instituto, bueno hoy era viernes asi que tenia el fin de semana para conocer bien a su hija.

Dangerously Donde viven las historias. Descúbrelo ahora