Prólogo

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Luffy corría por las hermosas calles de Tokyo, tapando su rostro con su sombrero de paja pero el fuerte y muy frío viento. El pobre chico maldecía por el mal clima que le impide moverse correctamente.

¿Por qué diablos estaba corriendo de está forma?

Pués la respuesta es muy simple, estaba espiando al equipo de fútbol americano en las regaderas ya que su mejor amigo le pidió que le quitara un objeto valioso para él. Se lo habían robado.

Sin embargo se equivocó de lugar y terminó viendo a las animadoras cambiándose de ropa, esto obviamente a las chicas no les gustó y fueron tras él.

Hace unos pequeños momentos miró hacia atrás y se dio cuenta que las chicas bien cabriadas no lo están siguiendo, pero igual manera no deja de correr, como si su vida dependiera de ella. Miró para a atrás otros pequeños segundos más y de pronto ya estaba en el suelo.

—¡¡Ay!! — Escuchó un chillido de una voz femenina.

Había chocado con alguien. Levantó la mirada con temor de que lo hubieran encontrado. Pero su rostro mostró alivio al darse cuenta de que la chica con la que había chocado no era ninguna con las cuales había visto por error pero tampoco la conocía.

La chica misteriosa maldijo para adentro mientras abrazaba una bolsa casi vacía de papas fritas, pero el chico observaba fijamente y esto puso intranquila a la chica hasta que se aseguró que él no estaba en el supermercado dónde robó la bolsa de papas fritas y una gaseosa en lata. La castaña acomodó su sombrero de lana y guardó las papas en su mochila.

—Fíjate por dónde pisas —Lo miró fijamente la chica con sus ojos color azul que está tirada en el suelo al igual que él.

Luffy abrió su boca para decir algo, pero la cerró inmediatamente, sin saber que decir. El chico de cabello negro recordó el motivo por qué escapaba y se levantó rápidamente.

—¡¿No me ayudarás?! —Dijo la castaña mirándolo de mala manera.

Luffy le estiró su mano y ella lo aceptó. El jaló parándola con brusquedad.

La chica sacudió su corta falda negra y se acomodó sus calcetas.

—Ayaka D Ayano —Dijo directamente tendiéndole la mano en forma de saludo y esto confundió al chico.

—Monkey D Luffy —Respondió el otro, aceptando su mano de la misteriosa chica sin antes mostrarle su sonrisa.

Quiero Vivir Feliz - One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora