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|Enigma.|

Confiar en alguien que parecía totalmente irreal. ¿Cómo podía eso ser posible?

Park Jimin tembló en su lugar cuando Agus tomó su antebrazo. Jimin estaba consternado, completamente perplejo ante la imagen viva de quien se suponía era producto de su imaginación, aquel chico al que había visto sólo en sueños y que era sumamente improbable de encontrar en su realidad.

Sus sentido viajaron tan rápido que le terminaron desgastando de una forma poderosa, sólo observando fijamente y con su corazón latiendo fugazmente la forma en que el pelinegro parecía asustado. 

Agus le miró fijamente y ante los ojos temblantes de Jimin, el platinado simplemente se concentró en encontrar toda la verdad, esa forma tan real en la que su piel quemaba en donde le sostenía, la forma en que su pecho subía y bajaba cuando respiraba y la forma en que sus ojos oscuros se presentaban frente a él. 

—¿Cómo es que lo conoces? ¿Por qué estás aquí?— La voz de Jimin salió con inseguridad, completamente precavida— ¿Cómo es esto posible?

Agus le miró, la forma en que su rostro endureció y cada una de sus acciones mostraron advertencia, le hicieron estremecer. Bajó la mirada cuando YoonGi tomó nuevamente una postura demandante, esa misma postura que había mostrado en cada uno de sus sueños anteriores.

—Tenemos que sacarte de aquí— Aseguró mientras evadía las preguntas de Jimin— Fuiste presa fácil para YoonGi y ahora que te ha encontrado, será imposible mantenerte a salvo estando solo.

Rápidamente el mayor apretó su agarre, mientras le jalaba hacia la puerta principal. Park sabía de ante mano la cantidad de problemas que podría traerle el contradecirle. Sin embargo ignoró por completo sus sentidos alertas e ignoró por completo su orden cuando se rehusó a seguirle el paso y comenzó a ejercer fuerza de lado contrario, mientras de un sólo movimiento alejaba el agarre de Agus.

—No iré contigo a ningún lado— Aseguró sin una pizca de temor en su voz, aunque internamente estaba temblando— ¡Maldición! ¡Soy un estúpido chico de veinte años, trabajo en una cafetería de mierda, llevo una vida jodidamente tranquila y de un momento a otro tú sólo apareces en mis sueños, me provocas temor, invades mis pensamientos la mayor parte del tiempo como si te consideraras con el poder para hacerlo!— La voz de Jimin se elevó, su rostro enrojeció de inmediato ante la impotencia que se apoderaba de su cuerpo— ¡Y para terminar, me encuentro con que mi mejor amigo sale con un chico idéntico a ti, con la única diferencia del estúpido cabello teñido! Ah, pero eso no pareció suficiente, justo cuando llegué a casa con la esperanza de descansar y asimilar el suceso de hace menos de una hora... ¡Te encuentro a ti también y ahora no en mi cabeza! ¡Si no siendo real! ¡Lo peor es que te atreves a decirme que estoy en peligro y no eres capaz de decirme por qué razón!

Jimin explotó, los ademanes de sus manos hicieron que Agus se alejara para evitar recibir un golpe. El corazón de Park latía con fuerza, se aferró fuertemente a el valor que brotó repentinamente como consecuencia de su coraje para poder atreverse a cuestionar de ese modo al chico frente a él. 

Dejó pasar la forma desesperada con la que quería huir de ahí, correr hacia su habitación y esconderse bajo las sábanas como un niño pequeño al escuchar algo caer a mitad de la noche, pero había algo, algo que le obligaba a descubrir el por qué su vida había tomado aquel giro de repente.

Quizá era el modo en que sus propios sentidos le obligaban a descubrir más allá de lo que su razón podía llegar a intuir, estaba absorto, completamente embriagado ante la forma en que su corazón latía con fuerza, obligándolo a mantenerse en una postura firme que le llevara hasta las respuestas que tanto buscaba.