Capítulo 17

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Había pasado una semana desde que Nueva York había recibído la sorpresa de un diluvio extremadamente caudaloso.

Hacían treinta años que no presenciaban uno y había recibido el nombre de "La tormenta de los tres días".

Se recomendaba no salir de sus casas para evitar accidentes, pero a Harry le importó muy poco al ver desde su ventana un pequeño gatito mojandose.

Salio rápidamente del departamento ignorando al recepcionista, Eric, quien decía insultos como: "¿Eres estúpido, Harry?, ¡Moriras allí afuera, Jesús!"

Así que, Harry rescató al gatito, ganandose una nueva mascota y un fuerte resfrío.

- Enserio, recuérdame otra vez porqué estoy saliendo contigo - rió Louis mientras acercaba una cucharada de sopa a la boca de Harry.

- Porque soy extremadamente hermoso, aún estando enfermo.

- Quién te mintió así.

- Auch - rió frunciendo el ceño -. Pero es que miralo, Lou. ¡Fluffy es el gatito más tierno que existe! Hubieras hecho lo mismo.

- ¿Le pusiste nombre? - asintió -. Eso es mala señal - llevó otra cucharada a la boca del ojiverde.

- ¿Por qué? - hizo puchero.

- Te recuerdo que el hombre del alquiler te dijo que no se permetirían más de dos mascotas en el apartamento.

- ¡Pero no quiero regalar a Fluffy! - lo abrazó -. ¡No me importa lo que digan!

- Mira - dejó el tazón a un lado -, yo preguntaré a Fizzy si aún sigue con su extraño sueño de tener un gato. Si ella dice que sí, llevaremos a Fluffy a mi casa. ¿Está bien?

- Está bien - sonrió.

Louis tomó su teléfono y a  punto de llamar a su casa llegó un mensaje de Lottie.

Adoptada: necesito que compres tampones y los traigas lo más rápido que puedas, no preguntes. Ni siquiera respondas a este mensaje.

- ¿Qué ocurre? - preguntó confundido Harry.

- Necesito que te cambies y me lleves hasta la farmacia.

(...)

- ¡Los encontré!

- Louis, por tercera vez, esos son chicles.

- Lo sé, deberíamos comprarlos.

- Hemos estado aquí por quince minutos y seguimos sin encontrarlos - tosió -. Le preguntaré a esa señora.

El ojiazul vio como el rizado se alejaba para hablar con la rubia de bata blanca.

- Están por aquí - tomó su mano y lo guió hasta el final del pasillo.

El castaño bajó su mirada hasta sus manos y se sonrojó levemente.

Era su primer muestra de afecto público y estaban en una farmacia mientras buscaban tampones. Genial.

- Okay - se soltó Harry -, se supone que debemos llevar uno de estos.

- ¿Quince dólares?

- Louis sólo tomalos y vámonos.

- ¿A parte de expulsar sangre y tener dolores tienen que gastar en estos? - exclamó recibiendo muchas miradas por parte de la gente presente en la tienda.

- Louis... - lo apuro avergonzado.

- Lo siento, es sólo que es muy injusto.

Fueron hasta la casa de Louis y el castaño subió hasta el cuarto de Lottie para darle el paquete al mismo tiempo que la abrazaba y palmeaba su espalda. "Sé que es duro, querida, lo sé."  La rubia sólo lo miraba extrañada, no se iba a arriesgar a preguntar.

Volvió a subirse al auto y vio como Harry descansaba sobre el volante.

- Ya entendí tu indirecta, Hazz. Yo manejo.

Rió pero su ceño se puso extremadamente serio al ver que no se percataba de los pequeños empujones.

- Hazz - insistió -. ¡Hazz! - tironeo de su cabello y vio su cara dormida.

Estaba inconsciente.

- Mierda.

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Disculpen la demora, perdimos los datos y tenemos que recrear la fic otra vez :(

Anyways, gracias por las 800+ leídas!

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⏰ Última actualización: Dec 16, 2016 ⏰

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