Había pasado una semana desde que Nueva York había recibído la sorpresa de un diluvio extremadamente caudaloso.
Hacían treinta años que no presenciaban uno y había recibido el nombre de "La tormenta de los tres días".
Se recomendaba no salir de sus casas para evitar accidentes, pero a Harry le importó muy poco al ver desde su ventana un pequeño gatito mojandose.
Salio rápidamente del departamento ignorando al recepcionista, Eric, quien decía insultos como: "¿Eres estúpido, Harry?, ¡Moriras allí afuera, Jesús!"
Así que, Harry rescató al gatito, ganandose una nueva mascota y un fuerte resfrío.
- Enserio, recuérdame otra vez porqué estoy saliendo contigo - rió Louis mientras acercaba una cucharada de sopa a la boca de Harry.
- Porque soy extremadamente hermoso, aún estando enfermo.
- Quién te mintió así.
- Auch - rió frunciendo el ceño -. Pero es que miralo, Lou. ¡Fluffy es el gatito más tierno que existe! Hubieras hecho lo mismo.
- ¿Le pusiste nombre? - asintió -. Eso es mala señal - llevó otra cucharada a la boca del ojiverde.
- ¿Por qué? - hizo puchero.
- Te recuerdo que el hombre del alquiler te dijo que no se permetirían más de dos mascotas en el apartamento.
- ¡Pero no quiero regalar a Fluffy! - lo abrazó -. ¡No me importa lo que digan!
- Mira - dejó el tazón a un lado -, yo preguntaré a Fizzy si aún sigue con su extraño sueño de tener un gato. Si ella dice que sí, llevaremos a Fluffy a mi casa. ¿Está bien?
- Está bien - sonrió.
Louis tomó su teléfono y a punto de llamar a su casa llegó un mensaje de Lottie.
Adoptada: necesito que compres tampones y los traigas lo más rápido que puedas, no preguntes. Ni siquiera respondas a este mensaje.
- ¿Qué ocurre? - preguntó confundido Harry.
- Necesito que te cambies y me lleves hasta la farmacia.
(...)
- ¡Los encontré!
- Louis, por tercera vez, esos son chicles.
- Lo sé, deberíamos comprarlos.
- Hemos estado aquí por quince minutos y seguimos sin encontrarlos - tosió -. Le preguntaré a esa señora.
El ojiazul vio como el rizado se alejaba para hablar con la rubia de bata blanca.
- Están por aquí - tomó su mano y lo guió hasta el final del pasillo.
El castaño bajó su mirada hasta sus manos y se sonrojó levemente.
Era su primer muestra de afecto público y estaban en una farmacia mientras buscaban tampones. Genial.
- Okay - se soltó Harry -, se supone que debemos llevar uno de estos.
- ¿Quince dólares?
- Louis sólo tomalos y vámonos.
- ¿A parte de expulsar sangre y tener dolores tienen que gastar en estos? - exclamó recibiendo muchas miradas por parte de la gente presente en la tienda.
- Louis... - lo apuro avergonzado.
- Lo siento, es sólo que es muy injusto.
Fueron hasta la casa de Louis y el castaño subió hasta el cuarto de Lottie para darle el paquete al mismo tiempo que la abrazaba y palmeaba su espalda. "Sé que es duro, querida, lo sé." La rubia sólo lo miraba extrañada, no se iba a arriesgar a preguntar.
Volvió a subirse al auto y vio como Harry descansaba sobre el volante.
- Ya entendí tu indirecta, Hazz. Yo manejo.
Rió pero su ceño se puso extremadamente serio al ver que no se percataba de los pequeños empujones.
- Hazz - insistió -. ¡Hazz! - tironeo de su cabello y vio su cara dormida.
Estaba inconsciente.
- Mierda.
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Disculpen la demora, perdimos los datos y tenemos que recrear la fic otra vez :(
Anyways, gracias por las 800+ leídas!
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dirty texts - LARRY STYLINSON -
FanfictionNúmero desconocido: Hey, Lou Número desconocido: Hoy día te ví en el almuerzo. Número desconocido: Qué buen culo tienes ;) Número desconocido: Xoxo. Número desconocido: Harry