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‹ Aroma ›

Cada vez que lo veo
uno de mis impulsos más fuertes
es abrazarlo y hundir mi cara en su cuello.

Es un refugio para mi
un lugar seguro
y, si me permiten agregar
mi más alta adicción.

Pues el aroma que despega su ropa y su piel
son algo por lo que cualquier chica
en su sano juicio
enloquecería completamente
en tan sólo un par de segundos.

Tuve el gran privilegio
de besar su cuello
de morderlo
adueñarme de él
sin recibir queja alguna.

Sentir su respiración agitada
mezclada con la mía.

Embriagándome
a cada segundo, un poco más
con su perfume
que como una carnada
me atraía sin remedio alguno
hacia lo que, por razones obvias,
seria mi perdición.

Y caí
lentamente
en un agujero
que, irónicamente
me llevaba al cielo.

Caí en una trampa tan mortal
jugando mi propia vida
sólo para palpar en mi corazón
aquello tan maravilloso
que sólo el amor
te puede hacer sentir.

Y aunque soy consciente
de que algo como el amor
puede ser letal
o puede ser, simplemente
lo más hermoso de esta vida
voy a vivir arriesgándome
amando
con todo mi corazón
a aquel chico
de perfume exótico
que me atrapó
y a quien jamás
me atrevería a lastimar
siendo yo capaz de entregar
mi propio ser
por su bienestar.

Y es que
yo me pregunto
¿cómo no enamorarse
de aquel chico?
Con esos ojos que te atraviesan
como si fueran cuchillas
con ese cabello oscuro
que iguala la noche
con esa mente brillante
incapaz de cometer errores
y, sí, con ese maldito perfume
que, dios me salve,
me tiene loca.

Todo él
me tiene a sus pies
todo él
me domina con solo una mirada
todo él
Es mi fin
y, por sobre lo demás
todo él
es mi comienzo.